Chaves asegura que el Estatuto andaluz será un referente para todo el Estado
El Parlamento aprueba la toma en consideración de la reforma con los votos de PSOE e IU y con la abstención de PP y PA, en un pleno marcado por los llamamientos al consenso
Actualizado: GuardarAndalucía quiere un Estatuto sin etiquetas de izquierdas o derechas, con el máximo de autogobierno que permita la Constitución, solidario, progresista y, por encima de todo, nacido del consenso de todas las fuerzas políticas. Así lo expusieron ayer los intervinientes en el Parlamento durante el debate sobre la proposición de ley para modificar la norma autonómica andaluza.
A este deseo le queda, sin embargo, un largo trecho para convertirse en una realidad. El resultado de la votación evidencia que la unanimidad reclamada merodea la senda de la retórica. La reforma estatutaria sigue adelante con los votos a favor de PSOE e IU y las abstenciones de PP y PA. Una división de posturas en la que también cabe una lectura positiva: El trámite se ha salvado sin ningún voto en contra.
Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía, se mostró convencido -durante sus dos intervenciones- de que el Estatuto andaluz será un referente dentro del debate autonómico que afronta el conjunto del país.
Chaves, que empleó un tono institucional propio de citas históricas como la de ayer, aseguró que muchas comunidades autónomas tendrán los ojos puestos en los planteamientos andaluces. El presidente se esforzó por mantener la discusión en clave verde y blanca, pese a que los opositores a la ponencia hicieron constantes referencias al Estatut. Resaltó que le preocupa que Andalucía, Cataluña, el País Vasco o cualquier otra comunidad autónoma se sienta bien dentro del engranaje de España. La propuesta que más reiteró el máximo mandatario andaluz fue, sin duda, la del consenso. Algo en lo que coincidió con los portavoces de PSOE, PP, IU y PA, pero con matices.
Mejoras sustanciales
Chaves mantuvo la mano tendida durante toda su comparecencia y envió mensajes conciliadores. Describió la proposición de ley surgida de la ponencia estatutaria como un excelente punto de partida, un buen texto en sus contenidos. Para a continuación exponer: «Esto no significa que sea un cuerpo cerrado o algo definitivo, de forma que todos debemos estar abiertos a mejoras, incluso sustanciales». Este mensaje va aencaminado a restar contundencia al principal reproche de los populares que acusaban a los socialistas de sustentar el estatuto en el pacto con IU.
El presidente de la Junta no encuentra razones para que el Parlamento no logre hacer un Estatuto de primera que recoja el que, a su juicio, es el principal mensaje que la sociedad andaluza lanzó el 28 de febrero de 1981 y que aún se mantiene vigente: Andalucía no acepta una autonomía rebajada, que la relegue a un segundo plano dentro del Estado.
El turno de intervenciones lo abrió Manuel Gracia, del PSOE, como uno de los dos proponentes de la proposición de ley. Gracia tuvo un recuerdo emotivo para Plácido Fernández, primer presidente del Gobierno andaluz e impulsor del denominado Pacto de Antequera, origen del actual estatuto andaluz. De la reforma que se sometía a debate destacó el capítulo de los derechos sociales: Renta básica garantizada, libros de texto gratuitos para todos los escolares, opción a una segunda opinión médica o máximo respeto a la orientación sexual de los andaluces, entre otros.
Financiación
Concha Caballero, de IU, también defendió el texto base de la reforma aludiendo a que garantiza los ingresos e inversiones de la comunidad autónoma. Como aspectos a mejorar reseñó cuatro: Dotar de más competencias a los ayuntamientos, la reforma agraria, e futuro de las bases militares extranjeras y la cuestión de la identidad andaluza.
En el otro lado de la balanza se situaron Partido Popular y PA. La andalucista Pilar González incidió en reclamar el término nación para Andalucía, aunque bajó sus exigencias y ya se conforma a que la mencionada denominación aparezca solamente en el preámbulo -como ocurre en el articulado catalán-.
Antonio Sanz, portavoz popular, quiso poner en valor los 181 votos particulares que han presentado el PP al borrador. Los populares quieren que se entienda esta estrategia como una vía para trabajar por el consenso.