«Los extremismos, vengan de donde vengan, son peligrosos»
Considera inadmisible cualquier provocación en el ámbito religioso, como ha ocurrido con los dibujos de Mahoma
Actualizado: GuardarEl presidente ruso, Vladímir Putin, en el poder desde el año 2000, inicia hoy su segunda visita a España en calidad de jefe del Estado ruso. La primera tuvo lugar en junio de 2000. -¿Qué significa para usted la palabra España, cuándo la oyó por primera vez?
-En Rusia tenemos conocimiento de España ya desde la infancia, en la propia escuela, y eso se debe a que gran parte de nuestro programa de estudios incluye a los grandes artistas, escritores y descubridores españoles. España, uno de los países que más ha influido en la cultura europea, brilló en su tiempo como potencia mundial. Estoy muy contento de tener la oportunidad de volver al país, en donde estuve por primera vez a mediados de los 90, cuando aún trabajaba en San Petersburgo.
- ¿Cree que entre nuestros países hay algo en común?
-Hemos seguido una senda de desarrollo con ciertas similitudes. Lamentablemente, tanto España como Rusia padecieron guerras fraticidas. Sabemos perfectamente la dolorosa influencia que esas guerras tienen para el destino de todo un pueblo, para familias enteras y personas en particular. Aunque en polos políticos y geográficos distintos, Rusia y España padecieron también regímenes totalitarios. Esto, lógicamente, se ha reflejado en la forma de ser de nuestros pueblos como también el hecho de que España fuera en su tiempo la primera potencia europea. Esa amplitud de miras imperial, en el buen sentido de la palabra, no geográfica, sino mental, es algo que compartimos los ciudadanos de ambos países.
-¿Qué opina usted del estado de las relaciones bilaterales entre España y Rusia, especialmente en lo que se refiere al terreno económico?
-Debo decir, lamentablemente, que en los últimos años poco ha cambiado en el desarrollo de nuestras relaciones económico-comerciales. Se observa cierto crecimiento, pero no es el que esperábamos ni el que nos gustaría. El volumen de inversiones es insignificante, de apenas unos centenares de millones de euros, ínfimas para los dos países. Tenemos un intercambio comercial y un nivel de inversiones con países vecinos de España incomparablemente superior. Nuestras relaciones en el terreno económico no se corresponden con su auténtico potencial. Mucho quisiera que esta visita dé un impulso real a nuestras relaciones. Estoy convencido de que es posible.
-Pasando ahora al terreno internacional, ¿qué opinión le merece la publicación de las caricaturas de Mahoma y las consecuencias que está teniendo?
-Lamentamos todo lo que está ocurriendo en el mundo a causa de la confrontación religiosa, más aún, considero que cualquier provocación en ese ámbito es absolutamente inadmisible. Hay que pensárselo cien veces, antes de publicar o dibujar algo así por que, contribuye a crear mayor división entre las distintas confesiones, por que es una provocación y ofende el sentimiento religioso de los creyentes. Nosotros, por ejemplo, condenamos la difusión de determinados materiales, como la pornografía infantil, pero, denunciándolo, no nos escudamos tras la libertad de prensa. Si el Estado no es capaz de impedir algo, debe al menos disculparse. Las conductas extremistas, vengan de donde vengan, son siempre peligrosas.
Interlocutor
-Parece que ha surgido una situación única al convertirse Rusia prácticamente en el único interlocutor capaz de mediar con Hamas e Irán. ¿Cómo valoran el papel que habrán de jugar, no es demasiado complicado?
-Somos conscientes de nuestra responsabilidad y estamos dispuestos a hacer todo lo que dependa de nosotros para tratar de salir del callejón sin salida en el que nos encontramos. Resulta que, de forma legítima, en Palestina se ha hecho con el poder una organización que todo Occidente considera terrorista desde hace tiempo. Eso es algo poco agradable para los participantes en el proceso de paz, pero tiene solución. En lo que se refiere a Irán, estamos trabajando en estrecha cooperación con la troika europea y EE UU. En general, la decisión que se tomó en la junta de gobernadores de la AIEA la consideramos equilibrada. Hay que puntualizar que el dossier iraní no ha sido transferido al Consejo de Seguridad de la ONU y esta es una circunstancia a tener en cuenta. Se trata de informar, no de remitir. Esta diferencia es sustancial y es lo que nos permite continuar buscando fórmulas de arreglo del problema.
-¿Cree usted que se puede hablar con terroristas después de que hayan depuesto las armas?
-Ningún país civilizado puede permitirse el lujo de entablar negociaciones con terroristas. Eso les fortalece a ellos y debilita al Estado. Pero, si deponen las armas y declaran firmemente que renuncian a todo tipo de lucha armada, entonces si merecen que se inicie con ellos un diálogo aunque, en cada caso concreto, habría que determinar qué tipo de conversaciones llevar a cabo y con quién. Nosotros no dialogamos con los que tienen las manos manchadas de sangre de ciudadanos rusos, pero estamos dispuestos a permitir que participen en la política todos los representantes de la oposición, incluida la armada, en Chechenia, siempre y cuando no estén involucrados en asesinatos ni acciones criminales directas.