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Incendian varias Embajadas en Damasco por la publicación de las viñetas de Mahoma

Miles de manifestantes irrumpieron en las delegaciones de Noruega y Dinamarca, que con las de Suecia y Chile fueron pasto de las llamas Las autoridades danesas piden a sus ciudadanos que abandonen Siria

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Las protestas en los países musulmanes por la publicación en medios periodísticos europeos de unas caricaturas del profeta Mahoma han experimentado en las últimas horas una nueva escalada, acompañada de una mayor radicalización, con la quema de Embajadas en Damasco.

Irán, que ayer recibió la confirmación de que las denuncias sobre su programa nuclear serán presentadas finalmente ante el Consejo de Seguridad de la ONU, dio un paso más al anunciar que se propone revisar los acuerdos comerciales con los países con medios de comunicación implicados en la publicación de los dibujos.

Miles de manifestantes sirios enfurecidos irrumpieron ayer en las Embajadas de Dinamarca y Noruega, a las que prendieron fuego. La Policía siria se vio obligada a intervenir con lanzando gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes que habían llegado a la Embajada noruega tras prender fuego a la danesa, a unos 6 kilómetros de distancia. Pero los manifestantes consiguieron romper el cerco policial e incendiaron el edificio al grito «Alá es el más grande». Asimismo, lanzaron piedras y rompieron las ventanas de los vehículos policiales, según testigos.

Según la agencia noruega NTB, que citó a un empleado de la Embajada, no había ningún noruego en el interior del edificio cuando fue atacado. Las protestas están normalmente muy controladas en Siria, que cuenta con un potente aparato de seguridad, pero el incendio de las dos sedes indica que la Policía fue tomada por sorpresa y aparentemente se vio superada por la cantidad y la violencia de los manifestantes.

El Ministerio de Exteriores danés ha emitido una declaración advirtiendo a sus ciudadanos que abandonen Siria sin demora. «La situación para los daneses en Siria ha sufrido un cambio negativo en las últimas horas», afirma el ministerio en su página web. Se calcula que hay unos 80 daneses en Siria.

Previamente, una protesta pacífica en el exterior de la misión danesa se tornó violenta cuando los manifestantes comenzaron a lanzar piedras contra el edificio y rompieron el cordón policial. Algunos de ellos escalaron los muros de hormigón que rodean la Embajada y entraron en el edificio, prendiéndole fuego. Algunos manifestantes retiraron la bandera danesa y la sustituyeron por una bandera verde con las palabras: «no hay ningún dios sino Alá y Mahoma es el mensajero de Dios».

El edificio, que también alberga las embajadas de Suecia y Chile, se cree que estaba vacío ayer, día festivo en Siria. La embajadora sueca en Siria, Catharina Kipp, declaró a la agencia sueca TT que no había ningún sueco en el interior de la delegación cuando fue incendiado.

El miércoles, Siria había llamado a consultas a su embajador en Copenhague en relación con la polémica por las caricaturas. Ese mismo día, un informador anómino alertó a la Embajada danesa en Damasco de que había una bomba en la oficina del embajador, provocando la evacuación del edificio, pero sin hallarse bomba alguna.

Tras incendiar la legación danesa hicieron lo mismo con la Noruega, e intentaron dirigirse a la de EE UU, pero esta sede diplomática, según los testigos, estaba tomada por los cuerpos antidisturbios de la Policía siria que impidieron el acceso. «Todas las Embajadas occidentales deben arder porque son de los cruzados», gritaban los congregados.

Otras reproducciones

Pese a que las protestas arrecian en los países musulmanes, algunos medios europeos siguieron ayer con la publicación de las caricaturas en muestra de solidaridad con el diario danés y en defensa de lo que consideran derecho irrenunciable a la libre expresión, como el diario polaco Rzeczpospolita. El primer ministro de Polonia, Kazimierz Marcinkiewicz, condenó la publicación, que consideró una «provocación innecesaria».

En Jordania, la publicación de los dibujos le costó una orden de detención a Jihad Momani, editor jefe del semanario Shihan, que el pasado jueves publicó tres de las caricaturas.

Ante la situación creada y después de que un grupo musulmán lo pidiera, un tribunal de Sudáfrica dictaminó que los periódicos de este país no podrán publicar las controvertidas caricaturas. El presidente del Foro Nacional de Editores de Sudáfrica, Joe Thloloe, describió no obstante lo sucedido como «alarmante» y que equivale a una «censura previa».

En Irak, líderes políticos y religiosos de las comunidades musulmana y cristiana pidieron ayer la creación de una legislación internacional que prohíba los ataques contra los símbolos religiosos.