CÁDIZ

Una calle condenada por un juzgado

La presencia del Juzgado de Menores en San Francisco genera un conflicto entre los transeúntes cuando llegan los vehículos de la Policía con los detenidos

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La peatonal calle San Francisco del centro de Cádiz ya no tiene el señorío de antaño. Lejos quedan los días que turistas y público en general paseaban por esta importante arteria para ir de compras, ver una película y hacerse fotos. La ubicación del Juzgado de Menores hace apenas dos años en la intersección con la calle Churruca, antigua sede del banco Atlántico, tiene gran parte de culpa. El continúo ajetreo de patrullas que llegan con los detenidos ha provocado que la mayoría de los ciudadanos eviten pasar por la zona. «Hay muchos jóvenes que intimidan con la mirada a los transeúntes, se trata de gente peligrosa. Nosotros tenemos siempre el establecimiento cerrado», comenta a LA VOZ Margarita, dependienta de la tienda de novias ubicada al lado del juzgado.

La falta de espacio -la calle San Francisco es angosta, tiene escasamente 4 metros y medio- propicia una situación complicada y que afecta a la convivencia diaria entre comerciantes y miembros de seguridad. «Hace escasamente unos días un policía aparcó su coche en la misma puerta de la tienda ante la falta de espacio y tuvimos una discusión porque los clientes no podían pasar. La situación llega a tal extremo que aquí han llegado a haber ocho o nueve vehículos entre patrullas y secreta. El otro día sin ir más lejos tuvieron que mover todos los vehículos porque surgió una emergencia y la ambulancia no podía pasar», señala la joven.

El cuadro se completa con la cuantiosa presencia de los familiares de los detenidos que deambulan por la calle entre gritos y sollozos.

Los comerciantes coinciden en señalar que la situación no les ha afectado económicamente. «El número de clientes no ha disminuido, pero se crea una mala imagen», advierte.

Manolo, el propietario de la mercería de al lado, considera que la ubicación del juzgado de menores en una calle peatonal no sólo genera molestias a los paseantes y comerciantes, sino que además «quita privacidad a las familias de los delincuentes. Yo desde luego si tuviese un hijo detenido no me gustaría que viniese aquí porque todo el mundo se para a mirar y Cádiz entero se entera del espectáculo que se arma. Madres llorando, padres metiendo bocadillos por la ventanilla de las patrullas para su hijo», explica.

La calle más comercial

Asimismo, Manolo recuerda que «comercialmente la calle San Francisco era la mejor de Cádiz. Tenía todo tipo de tiendas, cafeterías e incluso cines», pero de un tiempo a esta parte «han ido sustituyendo los comercios y cines por bancos. Si quieren que Cádiz sea la capital del comercio, esta es la peseta que le faltaba al duro».

Por su parte, los vecinos de la calle Churruca aseguran que los martes y jueves, días de vistas, «esto parece un parking de motos. Los jóvenes llegan a testificar y dejan sus motos aparcadas e incluso tiradas por el suelo».

La pareja de la Guardia Civil que custodia el juzgado de menores reconocía a LA VOZ que el sitio en donde están las dependencias «no es el más adecuado».