Al final no ha caído víctima de un ataque de los indios ni a manos de una partida de cuatreros. El Winchester, el legendario rifle convertido con la ayuda de Hollywood en un icono americano, ha mordido el polvo a manos de un forajido mucho menos peliculero pero más implacable: la barata competencia extranjera. Después de un siglo y medio de producción continuada, la compañía U.S. Repeating Arms ha anunciado el cierre de sus instalaciones en New Haven donde el rifle que conquistó el Oeste se ha venido fabricando desde 1866.