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El Gobierno de Marruecos «deplora» la visita de Zapatero a Ceuta y a Melilla
El presidente reclama consenso para frenar la inmigración ilegal y elude hablar de la españolidad de ambas ciudades en el primer viaje de un jefe de Gobierno en 26 años Anuncia fuertes inversiones en infraestructuras, entre ellas un nuevo hospital
Actualizado: GuardarEl Gobierno de Marruecos calificó ayer de «inoportuna» la visita de José Luis Rodríguez Zapatero a Ceuta y Melilla. El silencio que mantenía el Ejecutivo de Rabat sobre el desplazamiento del presidente del Gobierno fue roto por el ministro de Comunicación y portavoz gubernamental, Nabil Benabdelá. Las autoridades marroquíes señalaron que la visita del jefe del Ejecutivo español «no cambia nada del fondo del problema» sobre el estatus de las dos ciudades norteafricanas, cuya soberanía reclama el reino alauí.
El ministro reivindicó asimismo «la marroquinidad» de Ceuta y Melilla y, en consecuencia, Marruecos no puede hacer menos que «deplorar» el viaje de Rodríguez Zapatero a Ceuta y Melilla, el primero desde 1980 de un presidente del Gobierno de España.
La Moncloa no quiso comentar la reacción del Gobierno de Rabat y se limitaron a destacar que las relaciones bilaterales con el país magrebí son «excelentes». Las fuentes gubernamentales prefirieron destacar «la buena acogida» que dispensaron los melillenses a Rodríguez Zapatero antes que la protesta marroquí.
En la primera visita de un jefe de Gobierno a las ciudades autónomas en 26 años, José Luis Rodríguez Zapatero reclamó la colaboración de Europa y los países del Magreb para afrontar el fenómeno de la inmigración ilegal, y se comprometió a reforzar las medidas de seguridad para impedir las avalanchas de 'sin papeles' hacia la valla de la ciudad norteafricana. Los ciudadanos melillenses, que no recibían la visita de un presidente del Gobierno desde el año 80, acogieron con entusiasmo al jefe del Ejecutivo, que anunció nuevas inversiones para mejorar las infraestructuras de la ciudad autónoma, como la construcción de un nuevo hospital de uso conjunto civil y militar.
En el discurso institucional que pronunció tras reunirse con el presidente autonómico, Juan José Imbroda, el jefe del Gobierno reconoció en público el trabajo de los funcionarios, los ciudadanos y las organizaciones no gubernamentales que han tratado de ordenar la inmigración legal, de garantizar la seguridad y a la vez respetar los derechos humanos de los subsaharianos que saltaron la valla en los últimos meses de 2005.
La crisis de las avalanchas estuvo muy presente en toda la visita de Rodríguez Zapatero, que se comprometió a reforzar las medidas de seguridad, a incrementar la atención a los extranjeros y a mejorar la colaboración con la Unión Europea y con «los países vecinos». El Gobierno cree que la inmigración ilegal es un problema «de todos» y reclamó por ello la ayuda tanto de los países de origen de los inmigrantes como de los de destino para canalizar los flujos de trabajadores.
José Luis Rodríguez Zapatero se convirtió ayer en el segundo presidente del Gobierno que visita la ciudad norteafricana desde que en 1980 lo hiciera Adolfo Suárez. Tanto habían esperado los melillenses para ver a un jefe del Ejecutivo que la bienvenida fue de las más calurosas con las que se ha encontrado desde que desempeña el cargo.
El cálido recibimiento ciudadano contrastó con las críticas y el escepticismo con el que el PP, que gobierna la ciudad autónoma, acogió el anuncio de la visita. El jefe del Ejecutivo afirmó ante Juan José Imbroda, presidente de la ciudad, que «la mayoría de melillenses sí querían» que realizara el viaje, y se mostró convencido de que quienes le acusaron de no cumplir su palabra «buscaban rentabilidad» partidista porque, puntualizó, su presencia en Melilla supone el cumplimiento del compromiso que adquirió en el debate sobre el estado de las autonomías celebrado el pasado noviembre.
Paquete de mejoras
Rodríguez Zapatero se empeñó en desmentir que, como sugirió Imbroda, hubiera ido a la ciudad sólo para hacerse una fotografía y presentó un paquete de mejoras. El anuncio más aplaudido en el Palacio de la Asamblea, donde saludó al equipo de gobierno, fue la creación de un nuevo hospital de uso conjunto militar y civil en dependencias del Ejército. El centro sanitario contará con las tecnologías más avanzadas, con capacidad para más de 200 camas, costará 55 millones de euros y empezará a construirse en 2007.