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DOLIDO. El partido de Carod Rovira dice que su lealtad a Zapatero no se ha visto correspondida. / EFE
ESPAÑA

ERC mantiene su rechazo al acuerdo sobre el 'Estatut' tras reunirse con Zapatero

El partido republicano votará contra la reforma si no hay mejoras en financiación y competencias Puigcercós anticipa que cambiará «la dinámica» de la alianza entre su formación y el PSOE en el Congreso

R. GORRIARÁN / P. DE LAS HERAS/COLPISA. MADRID
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«El 'sí' a la esencia del Estatut no lo contemplamos». Con esta frase lapidaria sintetizó el secretario general de Esquerra Republicana las cuatro horas de reunión con el presidente del Gobierno. Joan Puigcercós y el líder de los republicanos, Josep Lluis Carod Rovira, intercambiaron puntos de vista sobre la reforma del Estatuto de Cataluña con José Luis Rodríguez Zapatero, pero no hubo acuerdo ni foto que lo escenificara. En consecuencia, ERC se plantea ahora no apoyar el texto estatutario en el Congreso, con lo que se convertiría en la única fuerza que apoyó el proyecto en el Parlamento de Cataluña que no lo va a hacer en las Cortes tras los cambios introducidos.

Puigcercós subrayó que el desacuerdo con el Gobierno afecta, nada menos, que a «la columna vertebral» del Estatut, la financiación, y a un aspecto colateral, pero no menor: las inversiones del Estado en Cataluña. El secretario general de ERC y portavoz de esta formación en el Congreso indicó que también subsisten las diferencias sobre la definición de Cataluña como nación, pero dejó entrever que no darán la batalla en este terreno porque la postura de Zapatero parece inamovible.

El dirigente republicano señaló que hay «una distancia abismal» entre el texto que aprobó la Cámara autonómica y lo que acordaron el presidente del Gobierno y el líder de CiU, Artur Mas, el pasado sábado. Un pacto que Esquerra no quiere asumir porque sería «diluir en siete horas», la duración de la reunión de Zapatero y el presidente de CiU, «dos años de trabajo». Puigcercós criticó «la frivolidad» de ambos, ya que han «defraudado las expectativas». Esta actitud, prosiguió, acarreará «dificultades para arreglar ahora esto».

Una primera consecuencia, anunció, será que las relaciones en el Congreso entre ERC y el grupo socialista entrará «en otra dinámica» y los republicanos ya no serán el aliado de hierro para las iniciativas legislativas del Ejecutivo. «Nuestra lealtad -se quejó dolido- no ha sido correspondida».

Postura definitiva

Puigcercós, de todos modos, se declaró dispuesto a seguir trabajando, pero «sin prisas». Apuntó, no obstante, que «la próxima semana» puede haber un pronunciamiento definitivo de su formación, aunque también dejó abierta la puerta a proseguir la negociación en la ponencia que se constituirá el 6 de febrero. En todo caso, agregó, «no vamos a vender humo» para dar una imagen de falsa unidad en torno al Estatut.

Fuentes de la dirección de Esquerra fueron más tajantes y señalaron que las condiciones que está el acuerdo estatutario el «sí» es impensable. En un principio se había hablado de la posibilidad de que los republicanos presentaran un voto particular contra aquellos aspectos que consideran inaceptables. Pero, según las citadas fuentes, eso sería tanto como «legitimar» un texto con el que no comulgan.

«El 'no' -señalaron- es la postura más coherente y con ella marcamos el perímetro de nuestro electorado y de parte de las bases de CiU que se sienten traicionadas con este acuerdo».

La vicepresidenta primera dio una imagen mucho más edulcorada de la reunión. Destacó al igual que Puigcercós que el ambiente de la conversación fue «cordial y constructiva», pero señaló que no hay ningún portazo de los republicanos, que sólo quieren «más tiempo» para «valorar el acuerdo, recibir informaciones complementarias y para formular algunas alternativas». María Teresa Fernández de la Vega negó, además, que ERC esté «dolida» por el trato preferente otorgado a CiU, un enfado visible en la valoración que hizo Puigcercós de la reunión.

La número dos del Gobierno precisó, de todos modos, que en algunos puntos no va a variar la posición de Rodríguez Zapatero porque la posición gubernamental es «muy cerrada» después de «haber explorado hasta la extenuación» todas las alternativas. Fernández de la Vega se refería a la definición de Cataluña y a la financiación. No fue tan tajante en el terreno competencial, donde «vamos a esperar las alternativas» de Esquerra. En resumen, concluyó, «ha habido avances y estamos más cerca del acuerdo que ayer». Una visión en las antípodas de la del secretario general de ERC.

Iniciativa

Muy distinta fue la actitud adoptada por el presidente de Iniciativa per Catalunya, quien dio su conformidad al acuerdo estatutario alcanzado el pasado sábado entre el presidente del Gobierno central y CiU.

Joan Saura, acompañado del portavoz del partido en el Congreso, Joan Herrera, se entrevistó con Rodríguez Zapatero en el palacio de La Moncloa y, junto a su beneplácito, planteó una serie de objeciones que tuvieron suerte desigual.

El presidente del Gobierno, reconoció Saura, no se mostró «receptivo» a sus propuestas para «mejorar la identidad nacional» de Cataluña, es decir una definición más taxativa de nación y no sólo descriptiva.

Más éxito tuvieron el rechazo a las modificaciones del título de derechos para suprimir los artículos alusivos a la eutanasia o el aborto, como pretende CiU. Zapatero condicionó la supresión a que hubiera consenso, una unanimidad que no se producirá porque, al menos Iniciativa y también ERC, no cederán en este terreno.

Saura defendió, además, el acuerdo alcanzado porque es «bueno» para Cataluña porque implica «un salto político del autogobierno como nunca había habido» y va a ser «bueno para España».

Reclamó asimismo que nadie pretenda arrogarse la paternidad del texto porque es «de todos», a pesar de que «en estos momentos hay carreras» entre los socialistas y CiU para ser «el padre del Estatut». Pero dedicó las palabras más duras al PP, que con su propuesta de referéndum en toda España sobre el texto estatutario demuestra su «desesperación».

El líder de Iniciativa señaló que la situación de los populares es la lógica de quien dice «que un país se hunde, y luego no se hunde, el que se hunde es él».