El aumento de información sexual no impide que cada año más de 200 menores sean madres
El Ministerio de Sanidad detecta que los partos entre adolescentes disminuyen lentamente a la vez que suben las interrupciones voluntarias de los partos. Cádiz es la segunda provincia andaluza con más casos, sólo superada por Sevilla
Actualizado: GuardarCampañas de información y prevención sexual no son suficientes para impedir una maternidad que más que un regocijo puede convertirse en un obstáculo. La maternidad adolescente sigue siendo una realidad latente en la provincia, que en 2004 registró un censo de 227 nacimientos entre mujeres menores de 18 años, según se desprende del último estudio sobre Movimiento Natural de la Población publicado esta semana por el INE.
Esta incidencia es la segunda más elevada de Andalucía en términos absolutos, sólo superada por la sevillana, con 285 casos, mientras que Málaga, que tiene 350.000 habitantes más que Cádiz (casi 1,2 millones) se quedó en 202.
De los 227 casos gaditanos, sorprende descubrir que ocho de ellos eran de niñas menores de 15 años y 39 estaban en esta edad cuando afrontaron la experiencia de una maternidad en plena pubertad. Esta realidad, más propia de los paritorios de siglos pasados, guarda todavía un poso en la actualidad y tiene especial expresión en el Campo de Gibraltar, donde sólo en Algeciras se contabilizaron 35 alumbramientos de menores, frente a los 33 de Jerez (que casi duplica la población de la anterior) o los once de Cádiz.
Evolución
Una mirada atrás en el tiempo refleja un leve descenso que, por ejemplo, en los últimos ocho años, desde 1996, ha sido del 8,5%. Esta reducción se ha producido además en un contexto de crecimiento de la natalidad experimentado en general en España y también en particular en la provincia, en buena parte alimentado por la comunidad extranjera procedente de Marruecos o Sudamérica. Según el informe del INE, las mujeres que dieron a luz en Cádiz en 1996 fueron 12.120, mientras que en 2004 el número llegó a 14.040, lo que significa un 11% más.
Sin embargo, este satisfactorio nivel de alumbramientos nada tiene que ver con las proles que dominaron en el país hasta los años 60, 70 y casi 80, cuando el censo de neonatos en la provincia superaba los 20.000.
Esta radiografía del fenómeno de la maternidad joven no puede abstraerse de otro correlacionado: las interrupciones voluntarias del embarazo. Según un informe del Ministerio de Sanidad y Consumo, estas intervenciones «están aumentando en España mientras que los embarazos en las jóvenes está disminuyendo». Las cifras ratifican este diagnóstico. En el año 2004 se practicaron en España 84.985 abortos, lo que supone un 6,5% más respecto al 2003, cuando se realizaron 79.788 interrupciones voluntarias del embarazo, según el estudio público. La tasa se situó en 8,94 casos por cada mil mujeres de edad comprendida entre los 15 y 44 años, frente al 8,77 del año anterior.
Por Comunidades Autónomas Baleares se situó a la cabeza con una tasa de 12,38 por cada mil (0,12%) mujeres seguido muy de cerca por Madrid mientras que Andalucía se posicionó por encima de los 0,8 puntos porcentuales.
Asunción de riesgos
Al contrario de la situación existente hasta las postrimerías del siglo pasado, cuando el acceso a la información sexual era casi nulo y la mujer seguía atada al rol de la procreación, las campañas públicas y las vías de asesoramiento y planificación se han multiplicado en los últimos años y han calado entre los jóvenes. Ésta es una de las conclusiones de una encuesta realizada por la Fundación Schering España, que concluye que la juventud dispone de conocimientos suficientes, pero reconoce que asume el riesgo de no usar protección u otras medidas anticonceptivas para evitar el embarazo.
El sondeo refleja que cerca de un 23% de los jóvenes entre 15 y 24 años, tanto varones como mujeres, se había expuesto a riesgos en los últimos meses. Al abordar el tipo de peligro que aseguraban haber corrido, una media del 90% señalaba al embarazo no deseado, mientas que el 20% de las chicas apuntaba también el VIH, que entre los hombres se elevaba al 28% de las respuestas. «La juventud tiene algo de mágico y de inconsciencia que a muchos les lleva a tener su primera relación y otras sin usar un medio de protección», según asevera el presidente de la Federación Española de Planificación Familiar, Guillermo González.
Este fenómeno entronca además con el clima de liberalización sexual y de la vida en pareja acelerado en el último decenio. Una muestra de esta tendencia es la disminución de las mujeres casadas en el momento del nacimiento de su hijo. Según el estudio del INE, 10.274 madres tenían este estado civil por 3.766 que estaban tanto solteras como viudas o en otra situación. Hace casi diez años y pese al incremento de la natalidad desde entonces, 10.405 alumbramientos se produjeron en el seno de un matrimonio, mientras que 1.712, casi un tercio de los actuales, se produjeron fuera de él.