«Mis padres han sido mi gran apoyo»

Antonia Fernández tiene 22 años pero ha vivido más que cualquier chica de su edad. Acababa de terminar un módulo de peluquería cuando se quedó embarazada del que era por entonces su pareja. Tenía 16 años y ese hecho le cambió completamente la vida. «Mis padres se lo tomaron muy mal y durante los nueve meses del embarazo todo fue muy difícil, aunque afortunadamente acabaron aceptándolo y han sido mi gran apoyo» comenta. Con 17 años cumplido fue madre de Manuel, un niño que acaba de cumplir los 5 años y del que Antonia dice sentirse muy orgullosa.

Sin embargo, antes de recuperar la estabilidad en su vida, las cosas dieron muchas vueltas y todo fue más complicado. «Yo dejé mi casa y a mis padres y me fui a vivir con el padre de mi hijo siendo aún una niña. Aunque las cosas empezaron a ir mal en el momento en que me enteré de que estaba embarazada, lo peor fue al final porque mi novio me dejó al poco tiempo de nacer mi hijo y me quedé completamente sola con apenas 18 años, lo que me trajo una depresión de la que me ha costado mucho salir». Pero en ese momento, la joven encontró el apoyo de su familia y ahora reconoce que sin ellos no habría sido capaz de continuar, ya que sus padres, con quienes ahora vive, le ayudan a criar a Manuel. «Ahora todo me va mucho mejor, estoy trabajando en una peluquería y mi madre me ayuda en el cuidado del niño porque yo no puedo estar con él todo el tiempo; tengo que trabajar para sacarlo adelante».

Desenlace

Antonia reconoce que las cosas se sucedieron demasiado rápido y asegura que se arrepiente «de muchas cosas en el pasado, como aguantar todo lo que aguanté del padre de Manuel, pero de lo que estoy segura que nunca me arrepentiré fue de haberme quedado embarazada porque mi hijo es lo mejor que me ha pasado en la vida; es una experiencia única y una alegría verle todos los días tan feliz y tan guapo».