Con la lealtad que la conciencia exige
Sólo una actuación como la que Rajoy ha realizado a lo largo de seis años y medio permite despedirse como lo hizo ayer
Fácil es hacer leña del árbol caído. Mariano Rajoy dimitió ayer de la Presidencia de su partido con toda la lógica que muchos dudaban que fuera capaz de aplicar. Son tantos los que creen que él sólo ha buscado el poder a toda costa... Él sabía que había llegado la hora del relevo y lo anunció en un discurso impecable, en el que los reproches a terceros se hicieron con toda la elegancia posible en las circunstancias de la hora presente.
Hace algo más de dos años un grupo de ciudadanos europeos cenaba cerca de Viena, en el castillo de un noble austriaco de título y apellido español. Entre ellos estaba el entonces ministro de Asuntos Exteriores y hoy canciller de la República de Austria: Sebastian Kurz . Kurz es, con sólo 31 años y por méritos propios, una figura de referencia de la nueva derecha europea a la que muchos ven como una amenaza y que yo creo que es una alternativa natural a la derecha acomodaticia y descafeinada que ha primado en tantas partes de Europa en los últimos años. Durante la cena, y sin ser instado por los españoles allí presentes a manifestarse al respecto, Kurz señaló su admiración por Mariano Rajoy. Y lo hizo argumentando una razón de peso: ser el dirigente europeo que es más capaz de marcarse un objetivo y seguir inalterablemente la ruta hasta alcanzarlo. Pocos podrán decir como él que han seguido una ruta inmutable. Empezando por Sánchez, que un día recibe el voto de los independentistas y al siguiente nombra ministro de Exteriores a Borrell (¡afortunadamente!)
El balance de la Presidencia del Gobierno de Rajoy justifica sin matices su frase de despedida en el Congreso de los Diputados el pasado viernes: «Ha sido un honor dejar una España mejor que la que encontré». Y haber aplicado el 155 con el resultado de que los que violaron la Constitución están en la cárcel o huidos de España y los que robaron el escenario al PP en Cataluña hayan demostrado durante casi seis meses que «no saben ni siquiera hacer oposición al independentismo» como dijo Rajoy ayer. Quienes hoy forman el Gobierno catalán salido de las urnas no tienen -todavía- ninguna cuenta pendiente con la Justicia. Cuando las tengan habrá que ver las reacciones de Sánchez y de José Borrell . Todavía estamos por ver un ministro socialista que dimita argumentando las causas de su abandono (José Bono no dimitió, simplemente abandonó el cargo sin dar explicaciones).
Sólo una actuación como la que Rajoy ha realizado a lo largo de seis años y medio permite despedirse de la Presidencia de su partido diciendo que «allí donde me encuentre, seguiré con vosotros en la senda que el partido transite (...) y desde el primer momento a la orden de quien elijáis. Y a la orden es a la orden. Y con la lealtad que mi conciencia y mis cuarenta años aquí me exigen».
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