Testimonios del coronavirus
Carta de un médico canario: «Poner sobre la mesa reivindicaciones justas de los sanitarios sí procede en estos momentos»
«Gracias por todos vuestros ánimos, los necesitamos»
Cuidar al que cuida... hermosa frase. Los balcones, que son muy sabios y no entienden de ideologías, y que además son impermeables a las manipulaciones de gobiernos e instituciones, cualquiera sean sus colores, escuchan atónitos en estos días tan duros para todos, a través de diversos canales (métodos) de comunicación (manipulación), que la vocación sanitaria es incompatible con exigir condiciones económicas y laborales justas y proporcionales a la gran responsabilidad que conlleva, a los muchos años de preparación necesarios, al alto grado de complejidad de la actividad, al elevado nivel de especialización que demanda y al tremendo desgaste físico y emocional que supone una actividad de 24 horas y 365 días centrada en la asistencia a personas enfermas.
Vuelven, otra vez, los políticos profesionales y los técnicos de turno colocados en puestos de gestión a intentar manipular, desde el minuto cero de esta crisis, a los entregados balcones con el objetivo de acallar las voces de muchos sanitarios que pedimos, desde la impotencia y con las energías al mínimo pero con respeto y determinación, menos elogios hueros y cuidados abstractos y más acciones y cuidados tangibles relacionados con la solución a problemas importantes para los profesionales, problemas ya cronificados y secundarios a su desidia y desinterés, que sí nos afectan desde antes y también ahora con el coronavirus.
Estos profesionales de la "comunicación" política intentan silenciar y apagar los fuegos blancos que cada día surgen dentro de los hospitales y centros de salud de nuestro país, ardiendo contra las numerosas injusticias laborales que nos aquejan, aduciendo, sin pudor alguno, que no es el momento para "protestar" y que también se dan otras injusticias en otros sectores...
Señores políticos, a ver si se enteran de una vez: uno, siempre tendrán una excusa, nunca será el momento para ustedes , y dos, la existencia de anormalidades en otros sectores no justifica su presencia en el sector sanitario.
Poner sobre la mesa reivindicaciones justas sí procede en estos momentos . No se trata de una mejora laboral en un colectivo que goce actualmente de una adecuada "salud" o una "situación laboral aceptable", de lo que hablamos es de corregir numerosas anomalías graves, ya conocidas, que constituyen un maltrato y un abuso continuado, descarado y sin atisbo de vergüenza, cosas que nunca debieron haberse permitido ni se deberían tolerar.
Nuestro colectivo pide soluciones mientras da generosamente todo lo que tiene y más. En nuestro refranero español se explica perfectamente: a Dios rogando y con el mazo dando. ¿A qué nivel de esperpenticidad hemos llegado? ¿Ser médico o enfermero lleva implícito aceptar abusos laborales? ¿Los profesionales sanitarios debemos permanecer callados ante las condiciones laborales que sufrimos que rozan la explotación?
La manipulación interesada y sibilina del Estado español, durante todos los gobiernos, ha consistido en hacer creer a la opinión pública y a los propios profesionales que son prácticamente unos misioneros vocacionales que deben aceptar sin rechistar lo que se decida que se les debe dar.
Resulta esta manipulación grosera y miserable por lo evidente de su objetivo: pagar lo menos posible a todos los profesionales y a la vez contener y evitar mejoras laborales de este sector mediante la autocensura de los manipulados profesionales y la creación de una opinión social que pudiera ver estas protestas como interesadas y/o que no son procedentes en un sector "vocacional".
La triste realidad es que somos la 13 economía mundial, la cuarta economía de una Europa con 27 países miembros, y sin embargo estamos, desde hace décadas, compitiendo por el último lugar en la clasificación de las retribuciones a sanitarios, con presencia continuada en el podium de los países que peor pagan a sus médicos y enfermeros.
Podemos seguir hablando de nuestras horas de guardia que sólo sirven para pagar impuestos pero no para cotizar, de los contratos precarios, del agravio comparativo con policías o bomberos en relación a la jubilación, del aumento imparable cada año de la emigración de profesionales a otros países donde sí se les valora siempre, y así un largo etcétera.
Gobiernos, Ministerios y Consejerías sacan pecho de nuestra sanidad y presumen de nuestros profesionales, pero sus actos de menosprecio histórico contradicen sus aduladoras e hipócritas palabras.
Se avecinan épocas de crisis y todos de diversas maneras tendremos que colaborar, pero eso no debe ser excusa para seguir perpetuando condiciones laborales abusivas, injustas y anacrónicas en un colectivo de profesionales que nos cuida a todos sa crificando, en muchas ocasiones, su salud física y emocional.
Cualquier sociedad que se atreva a autodenominarse desarrollada debe ser consciente del valor de los pilares básicos sobre los que se sustenta y, a su vez , debe ser capaz de realizar una apropiada y justa valoración de los colectivos profesionales que sostienen y constituyen esos pilares.
No nos olvidemos: balcones blancos para todas nuestras flores blancas. Probablemente volvamos a necesitarlas y aún estando marchitas volverán a florecer para cuidarnos a todos.
Gracias por todos vuestros ánimos, los necesitamos . Gracias por quedaros en casa, lo necesitamos. Gracias por apoyarnos en nuestras peticiones, es justo y es necesario. Mientras, seguimos trabajando.
* Doctor Federico Saiz Udaeta, médico en activo en Canarias
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