Coronavirus

Héroes de la Sanidad que se juegan el tipo por 1.000 euros

El Gobierno no reconoce como especialistas a 7.000 médicos y enfermeras residentes que trabajan en primera línea de batalla contra el coronavirus

Álvaro y Alba junto a otros compañeros residentes que han sido enviados a Ifema José Ramón Ladra

Andrea Carrasco

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Apenas ha empezado su andadura sanitaria y la epidemia de coronavirus ya les hace ver la profesión con otros ojos. Son los médicos y enfermeras residentes en formación que todavía cursan su especialidad. Esta crisis les ha obligado a promocionar de golpe, asumiendo una responsabilidad no reconocida en sus nóminas; con sueldos netos situados en una franja de entre los 900 y 1.200 euros al mes (sin guardias ni complementos) dependiendo de la Comunidad Autónoma.

Alrededor de 6.000 MIR y 1.050 EIR (médicos y enfermeras residentes) de último año estaban a punto de culminar su formación en mayo pero el Gobierno ha aprobado el lunes pasado la Orden 299/2020 de 27 de marzo en la que se informa de la prórroga «sine die» de sus contratos. Con esta decisión ignora la reclamación de Colegios de Médicos y Enfermería que solicitaban su contratación como profesionales y no como personal en formación. La orden gubernamental aleja a los sanitarios más jóvenes de obtener su título de especialista y, en consecuencia, de un aumento salarial acorde a su categoría.

«Ya somos adjuntos»

«Nosotros no queremos irnos de vacaciones, solo queremos trabajar con unas condiciones laborales acorde a las decisiones que estamos tomando. Entre ahora y junio no hay ninguna diferencia en lo que sabemos, ya somos adjuntos », cuenta a este diario una residente de Medicina de último año en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

La orden contempla la ampliación de la residencia de catorce especialiades, entre ellas Medicina y Enfermería geriátrica, del Trabajo, Familiar y Comunitaria o pediátrica, además de Medicina Intensiva, Interna, Preventiva y Salud Pública y Neumología. Sin embargo hay otras ramas médicas como Cardiología, Oftalmología o Dermatología a las que no afecta la prórroga y sus residentes sí promocionarán con normalidad.

«No tiene sentido, todas las especialidades están ayudando en las plantas de covid, vas a dejar al hospital medio cojo porque haces que muchos de ellos puedan acabar la residencia », explica la misma médico residente del Clínico San Carlos.

Pero no solo los sanitarios en su último año de especialiad asumen una responsabilidad excesiva. La falta de adjuntos, de baja por coronavirus , hace que los que acaban de empezar también se vean sobrepasados. ABC habla con una joven en su primer año de especialidad en el Gregorio Marañón, uno de los hospitales con mayor saturación de la capital. «Por suerte estoy rodeada de personas que tienen muchísimos años de experiencia, que vivieron situaciones tan trágicas como el 11-M. Lo que pasa es que muchos han caído enfermos», destaca. Ella lo tiene claro respecto a sus superiores, « me voy con el corazón lleno de ver los adjuntos que tenemos y ver cómo han sacado la cara por nosotros y que nos han intentado cuidar de vivir esta situación, muchos con la poca experiencia que tenemos».

La situación de Patricia, residente de tercer año en uno de los hospitales del anillo en el norte de Madrid, no difiere de la de sus compañeras. «No damos abasto, necesitan que nos hagamos cargo de parte de los pacientes. Yo llevo diez y mis adjuntos llevan 20 o 25. Se están quitando trabajo para dármelo a mí pero lo adaptan a mi formación para que no me agobie».

Ella misma relata un ejemplo del riesgo al que están expuestos cada día de esta crisis, la falta de material sanitario de protección. A finales de febrero dio positivo a la prueba del Covid-19 y fue baja durante varias semanas. Pero el riesgo es también emocional, están viendo cómo pacientes jóvenes para la Medicina (por debajo de los 70 años) son rechazados en UCI. «Lo más duro que estoy aprendiendo es que no somos eternos. Nos creemos jóvenes y que vamos a vivir para siempre y no es así. A veces te sientes un matarife porque estás enviando a la gente a una muerte sin retorno», confiesa Patricia.

Un caso delicado es el de las enfermeras , que no están obligadas a cursar la especialidad para poder trabajar en la Sanidad Pública, como sí ocurre con los médicos. Aquellas que actualmente se encuentran en formación de forma voluntaria son ya profesionales tituladas que podrían incorporarse como enfermeras de cuidados generales y cobrar, en consecuencia, como tal.

Álvaro Orihuel es residente de segundo año y lo han enviado de refuerzo al hospital de campaña de Ifema junto a su compañera Alba Cabricano. Ambos relatan a ABC la situación en la que se encuentran. «Unidades Docentes de la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Sanidad nos obliga a seguir trabajando como residentes, sin contemplar la suspensión del contrato para ofrecernos uno como generalista. Entonces tenemos la carga física y emocional de la pandemia, sumada a tener que trabajar en Ifema, más las guardias. En Ifema la situación es caótica, no hay materiales o llegan tarde; el primer día nos tocó abrir una planta desde cero».

Consideran «injusta» la prórroga de sus contratos por la presión a la que están sometidos. «Desde que comenzó la crisis hemos pasado a ser considerados como una enfermera más del equipo y estamos desarrollando nuestra actividad sin supervisión. De la misma forma que nuestro periodo formativo se ha puesto en pausa, deberían modificar nuestro contrato momentáneamente y que nos remuneren como merecemos».

Pero si hay algo en los que coinciden todos ellos es en que «no es momento de pensar en el dinero, ahora es el momento de salvar vidas» ; un gesto que les honra doblemente. Son héroes, héroes mileuristas, aunque confiesan que no necesitan ese reconocimiento constante ni que les aplaudan para siempre. Lo que sí esperan es que, cuando todo pase, «cambie la percepción de la sanidad pública y sus profesionales».

Contratados como residentes

Tras el anuncio del Gobierno empezaron las quejas de Colegios de Medicina y Enfermería. Galicia ha sido una de las comunidades que sí ha atendido las demandas . El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo aseguraba la pasada semana que «no va a esperar a mayo» y, con título o sin título, contratará como adjuntos a los casi 200 residentes de la sanidad gallega.

Desde este viernes, con su publicación en el DOGA, ya es oficial que en Galicia el personal sanitario en su último año de residencia ascenderá automáticamente mientras dure la crisis y percibirá una retribución acorde a la categoría profesional durante el tiempo que desarrollen esa función. Una iniciativa a la que han dicho que se sumarán Castilla-La Mancha y Andalucía en mayo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación