José María Carrascal

Los emergentes

¿Qué es Podemos? Pues un collage. ¿Y Ciudadanos? La «marca blanca» de los dos grandes y viejos partidos

José María Carrascal

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¿Qué es Podemos? Pues un collage, un montaje, un cajón de sastre con los más variados elementos; eso sí, el armazón es de hierro. Hoy puede ser leninista, mañana peronista, pasado socialdemócrata, acendrado patriota un día y dinamitero de las esencias patrias al siguiente, antieuropeo aquí y preeuropeo allá, e incluso todo al mismo tiempo, como en botica, dependiendo del tiempo y las circunstancias, como hemos tenido ocasión de comprobar en esta movida y confusa campaña electoral. ¿No será Iglesias un oportunista -me preguntarán ustedes-, alguien que miente cada vez que abre la boca para sacar el mayor provecho posible de cada ocasión? Pues sólo hasta cierto punto, respondo, ya que va más allá del mero oportunismo. A Iglesias, como a Lenin, o a Mao, o a Castro (sin llegar ni de lejos a su estatura como estadista), le importan muy poco esos valores «burgueses» que son la verdad y la mentira, pasa de ellos, como pasa de la izquierda y la derecha clásicas. Lo único que le interesa es el poder, el «asalto al cielo», y para conseguirlo no duda en disfrazarse con cualquier ropaje ideológico y contar todas las mentiras necesarias. Es más, la superioridad moral que se autoatribuye la izquierda, y Podemos es la izquierda pura y dura, le autoriza a ello. No hay que olvidar lo de «el poder llega por el cañón de un fusil» y «los capitalistas nos venderán la soga con que ahorcarles», de los máximos santones comunistas. Ni lo que hicieron, ya instalados en el poder, sus sucesores, fuese Stalin, fuese la mujer de Mao.

¿Y qué es Ciudadanos? Pues una muleta, un soporte, una coartada, la «marca blanca» de los dos grandes y viejos partidos. Creímos en un principio que era la del PP, pero está resultando que es la del PSOE, como se demostró en la alianza coyuntural que hicieron para formar gobierno tras las pasadas elecciones y están dejando ver en el «pacto de no agresión» que mantienen en esta corta e intensa campaña antes de las próximas. Un papel mucho más modesto, pero importante, dado lo complicado que se ha puesto el escenario político español. Que, sin embargo, sea decisivo, está por ver, pues, de continuar las cosas como van, nos encontraremos en el mismo impasse.

Porque, con toda su aura de novedad, los dos partidos emergentes están mostrando rasgos muy parecidos a los dos clásicos: la misma labilidad, el mismo culto al líder, la misma cerrazón, el mismo empecinamiento. Ahí los tienen ustedes, diciendo que lo que les interesa es el programa y trazando líneas rojas sobre personas. Rajoy es el blanco favorito. Da la impresión de que la entera campaña electoral gira en torno a él, si se va o se queda. Incluso antes de que los españoles emitan su opinión sobre ello. Y sin decirnos con quién van a pactar y, más importante, qué van a hacer si llegan al gobierno. Bueno, Iglesias ya lo sabemos por sus modelos. Pero Rivera sigue siendo una incógnita, tal vez porque ni él mismo lo sabe.

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