TELEVISIÓN

Rocío Carrasco: «Pillé a Antonio David comiéndose la boca con una tía cuando estaba embarazada»

Segunda entrega de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', en la que Rocío Carrasco continúa dándole fuerte y duro a Antonio David

Rocío Carrasco, en su documental 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'.

José Juan López

Segunda entrega del documental millonario de Rocío Carrasco en Mediaset (lo que ha cobrado solucionará su vida a nivel económico si lo invierte bien) 'Rocío, contar la verdad para seguir viva ' en el que sigue atizando a su ex Antonio David Flores .

En este caso, por una supuesta infidelidad cuando estaba embarazada. Según cuenta, el extrabajador de Mediaset (fue despedido tras la emisión del primer documental por las acusaciones de maltrato de Rocío - increíble que no fuera despedido cuando se rodó si creen la versión de la hija de Rocío Jurado) decidiría todo lo que hacían en la vida.

Salían a la calle todos los días y si ella no quería él se iba solo. Ella, sin embargo, no se fiaba de él, porque le había visto en 'actitud cariñosa'con Sonsoles. Así, fue en su búsqueda y lo pilló 'in fraganti':

«Lo pillé comiéndose la boca con la tía tras la barra. Él me ve. Salgo corriendo del bar y llorando, me da un ataque, me empieza a doler mucho la barriga y a tener como pinchazos, como contracciones».

Según Rocío, Antonio David, tras ser pillado en el acto besándose, habría negado la mayor:

«Me dice estás loca, no estás bien de la cabeza, el embarazo te está afectando en la cabeza. Cuando me dice esto yo empiezo a hiperventilar y a tener un ataque de pánico. Estaba embarazada de su hijo, eso no me entra porque mi marido me pone los cuernos, me entra como madre, porque estaba embarazada de él, y él estaba utilizando eso para decirme que estaba loca y que lo que veía no era real».

Y, siempre según su versión, la mandó a casa y se quedó con su amante: «Me dijo yo no te llevo, te vas a andando, me quedo con ésta. Y me fui andando a las seis de la mañana, llorando por toda a calle. Quería meterme de un edredón y llorar porque no iba a llamar a mi madre para decírselo. En ese instante decido que me separo. Supe que eso se había terminado».

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