La catedral de Ávila albergará a primera hora de esta tarde el funeral de Adolfo Suárez, que se prevé multitudinario. El flamante presidente de la Conferencia Episcopal, el abulense Ricardo Blázquez, oficiará la ceremonia que contará con la participación de medio centenar de sacerdotes y obispos. Numerosos balcones de las principales calles de la ciudad amanecieron con banderas españolas con crespones negros en señal de luto. El expresidente José María Aznar, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y varios compañeros del primer Gobierno español democrático desde 1936 estarán presentes, entre otras autoridades, en este último adiós.
Adolfo Suárez expresó en vida su deseo de ser enterrado junto a esposa, que falleció en 2001 víctima del cáncer. Los restos de Amparo Illana fueron exhumados ayer en el convento de Mosén Rubí y trasladados a la catedral para ser depositados en la tumba que compartirá a partir de estar tarde junto a los de su esposo, que vivió muy de cerca todo el proceso de la enfermedad de su mujer. El nicho tiene 2,40 metros de largo por uno de ancho y está situado en el claustro del templo, a menos de diez metros de donde reposa el expresidente de la II República en el exilio, Claudio Sánchez Albornoz. Este lugar fue elegido hace cuatro años por algunos de los familiares de Adolfo Suárez, según desveló el deán del templo, Fernando Gutiérrez.
El féretro llegará procedente de Madrid, después de una despedida del duelo en la plaza de Cibeles, con toque de oración, descarga de fusilería de la Guardia de Honor y desfile.
El colofón a estos homenajes se producirá el próximo 31 de marzo, cuando se celebré el funeral de Estado en la catedral de La Almudena, que será oficiado por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. Se seguirá el mismo protocolo que en el funeral del expresidente Leopoldo Calvo-Sotelo, y será presidido por don Juan Carlos y doña Sofía.