Los expertos de Volvo continúan realizando intensos trabajos en el apartado de seguridad. Su objetivo para el 2020 es un tanto utópico pero ilusionante: que nadie resulte gravemente herido en un nuevo Volvo.
La investigación se centra en tres áreas principales: permanecer seguro en el carril que se circula, evitar accidentes en cruces e intersecciones y prevenir colisiones con animales. También hay otros proyectos de investigación en marcha, como la conducción autónoma que ayuda al conductor a permanecer en el carril y a seguir el ritmo del tráfico si se forma un atasco.
Utilizando los datos de una cámara y sensores de radar, el automóvil puede seguir al vehículo que circula delante. El motor, los frenos y la dirección responden automáticamente. Si el vehículo de delante se ve forzado a hacer un movimiento rápido porque hay un obstáculo en la carretera, el conductor es ayudado por el sistema de dirección, que hace virar el vehículo en el mismo sentido.
Los cruces e intersecciones son la parte más compleja del moderno entorno de tráfico. Cuando hay muchos usuarios de la carretera cruzándose en el camino de otros simultáneamente y desde diferentes direcciones, un pequeño error es todo lo que se necesita para provocar un grave accidente.
Para obtener los datos necesarios para el desarrollo de estos sistemas, los vehículos recorren cientos de miles de kilómetros en diversos entornos de tráfico de todo el mundo. Después de todo, el sistema debe ser tan capaz de ayudar a los conductores de Bangkok como a los de Vancouver. Por supuesto, esta colección de datos no se limita a los entornos urbanos. En el campo y en zonas más remotas hay muchas colisiones graves con animales en libertad.
Los accidentes en los que están implicados animales es un importante problema de tráfico internacional. Y no solo por el atropello propiamente dicho. Hay que tener en cuenta los accidentes en los que el conductor vira de repente para evitar un animal y en su lugar choca con otro vehículo o se sale de la carretera. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Umeå entre 2003 y 2010, al menos el 23% de los accidentes mortales se produjeron después de que los conductores giraran bruscamente para evitar un alce en la carretera.
Volvo está desarrollando un sistema de detección de animales, que frena automáticamente el vehículo tanto de día como en la oscuridad. Los accidentes con animales en libertad suelen producirse a velocidades altas. El objetivo es reducir la velocidad de impacto de 100-110 km/h a menos de 80 km/h. Cuando la velocidad es inferior a 80 km/h, los sistemas de seguridad del vehículo son efectivos y el riesgo de lesiones graves es pequeño.