Una pequeña ayuda de 1.000 euros por parte de la Administración ha sido el único revulsivo para intentar dinamizar el maltrecho sector del automóvil desde el pasado mes de octubre. Las ventas en noviembre han vuelto a caer si bien los síntomas apuntan a una reanimación del mercado de cara a este mes de diciembre, sin duda el mejor periodo en años anteriores.
El presupuesto total destinado al plan PIVE asciende a 75 millones de euros, lo que permitirá la subvención de un total de 75.000 vehículos entre el 1 de octubre de 2012 y hasta el 31 de marzo de 2013, o bien hasta que se hayan agotado los fondos. Y dada las reservas efectuadas en las últimas semanas, las asociaciones del automóvil piensan que en enero el presupuesto se habrá liquidado por lo que las alarmas vuelven al primer plano y tendrán que exigir nuevas ayudas.
En teoría, las marcas de coches apoyan el plan PIVE con otros mil euros, si bien en la práctica la ayuda es mucho mayor. Con esta acción para la compra de un vehículo nuevo y más eficiente si se da de baja otro viejo, es el momento ideal para adquirir un automóvil.
La respuesta del usuario no se ha hecho esperar. Según los primeros indicadores de la marcha del plan PIVE, los pedidos se han incrementado un 150 % y el tráfico a los concesionarios, un indicador básico en las previsiones de ventas, ha aumentado prácticamente lo mismo, con una afluencia de casi 70.000 visitas.
Otro dato que permite analizar el interés de los consumidores es la búsqueda de información a través de internet. Las visitas en las páginas web de las marcas se han triplicado respecto a una semana en la que haya promociones. Ha habido marcas que han registrado más de medio millón de visitas. Y la página web del IDEA (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), donde se encuentra alojada la guía que informa de la categoría energética de cada vehículo, ha contabilizado más de 20.000 descargas.
Otro dato a tener en cuenta: por cada euro invertido, el Estado recaudará tres. Por tanto, el plan PIVE no solo se autofinancia sino que además permitirá unos ingresos extras, con los que el automóvil colaborará en la política de reducción de déficit público.
Hay que renovar el parque
El objetivo del Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente es achatarrar y dar de baja definitiva en la DGT los vehículos con más de doce años de antigüedad en el caso de turismos, o más de diez años en el caso de comerciales ligeros y sustituirlos por vehículos más eficientes. En definitiva, renovar un parque automovilístico quizá demasiado viejo.
Lo cierto es que a pesar de la pequeña cuantía de la ayuda, el 65 % de los turismos que se venden en el mercado español se pueden acoger al plan, lo que indica que las ventas deberían recuperarse poco a poco.
El requisito principal del plan PIVE es que los coches deben ser nuevos o con una antigüedad no superior a un año desde su primera matriculación. Pueden ser gasolina, diésel, híbridos, híbridos enchufables, eléctricos puros y eléctricos de autonomía extendida (propulsados total o parcialmente mediante motores de combustión interna de gasolina o gasóleo y eléctricos), que a la fecha de solicitud de la ayuda se encuentren clasificados como clase A o B en la "base de datos del IDAE de consumo de carburantes y emisiones de CO2 de coches nuevos".
También se acogen al plan los turismos propulsados por motores de combustión interna que puedan utilizar combustibles fósiles alternativos (GLP y gas natural) que figuren en la base de datos del IDAE de consumo de carburantes y emisiones de CO2 de coches nuevos, y además, acrediten contar con emisiones de CO2 homologadas no superiores a 160 gramos por kilómetro.
Los vehículos comerciales ligeros son igualmente admitidos en el plan PIVE que tengan las mismas características mecánicas que los turismos.
Es requisito necesario dar de baja definitiva en tráfico, mediante certificado de achatarramiento/destrucción por parte del centro autorizado al efecto, cualquier vehículo de categoría M1 o N1 propiedad del beneficiario, con una antigüedad mínima de doce años (M1) o de diez años (N1) respectivamente, desde su primera matriculación. Puesto que se requiere gestionar la baja definitiva del vehículo en la Dirección General de Tráfico (DGT) será imprescindible que el mismo esté matriculado en España.
Por último, el precio de los vehículos adquiridos, sin IVA, no puede ser superior a los 25.000 euros, excepto para los vehículos eléctricos, híbridos enchufables y de autonomía extendida.