Con el objetivo de conocer en profundidad el impacto de la edad en la conducción, el grupo Liberty Seguros y el Real Automóvil Club de España, RACE, han desarrollado el informe Conductores Senior y Seguridad Vial.
En el estudio, realizado entre más de 2.300 conductores españoles mayores de 60 años, se han analizado los hábitos de movilidad de los conductores senior en España. El primer resultado sorprendente indica que las personas mayores de 80 años optan por seguir conduciendo su vehículo antes que utilizar el transporte público.
Asimismo, se muestra un cambio en los hábitos de movilidad según la edad, y es de los 75 años en adelante cuando se produce una inflexión, y si hasta entonces el primer motivo de desplazamiento con el vehículo era el ocio o turismo, a partir de ese umbral pasa a un segundo lugar, y la razón principal de coger el coche son los desplazamientos menores de gestiones domésticas, como ir al médico o hacer la compra.
Por otro lado, el estudio destaca que más del 30 % de los conductores encuestados admite tener poco o nada de conocimiento respecto a las nuevas tecnologías en los vehículos (ABS, ESP), la conducción eficiente o los sistemas de navegación (GPS). Pero lo que más desconocen se refiere a los sistemas de retención infantil, porque más del 40 % de los encuestados reconoce no saber nada o poco sobre ello.
A medida que la edad avanza, los conductores son menos sancionados, su prudencia aumenta y por tanto su exposición al riesgo por kilómetro es menor. Las principales situaciones de tráfico que tratan de evitar son: conducir bajo condiciones meteorológicas adversas, circular con mucha intensidad de tráfico y atravesar zonas con demasiadas intersecciones seguidas.
En condiciones de envejecimiento normal, se producen una serie de cambios a nivel sensorial, físico y cognitivo que pueden afectar a su forma de conducir, a pesar de ser los conductores mayores los primeros en autorregularse, es importante que estén atentos a estos cambios para adaptar la conducción a sus necesidades. Aunque la percepción de sus capacidades para la conducción es buena o excelente, la visión y la audición son las capacidades que, independientemente de los años, perciben como más deterioradas.
En lo que se refiere a comportamientos en el último año de ponerse al volante, que dan indicios de cambios en la conducción asociados a la edad, el 66 % evita conducir por la noche, al 63 % le molestan los cruces muy ocupados y un 49 % reconoce perderse más que antes. Es a partir de los 70 años se produce un salto cuantitativo en la toma de fármacos, pasando del 59 % al 68 % los conductores que afirman tomar medicación y progresivamente este porcentaje aumenta hasta el 77 % en los conductores mayores de 80 años.
En la presentación del estudio, se ha dado a conocer el simulador desarrollado por los investigadores del Instituto de Investigación para la Seguridad Vial de Liberty Mutual en Boston (EE.UU.). Un traje que simula la restricción de movimientos debido a enfermedades propias de la edad, como la curvatura de la espalda y no permite la misma agilidad de una persona más joven.
Este simulador tiene como objetivo dar a conocer las dificultades ante las que se encuentran los conductores de mayor edad al volante para concienciar tanto a la población en general como a los fabricantes de vehículos en particular sobre este problema y su consideración en el diseño de los sistemas de seguridad de los automóviles.
Según datos de la DGT, las personas mayores de 64 años representan el 17 % de la población española, el 12 % del censo de conductores y suponen el 23 % de los fallecidos y el 14 % de los heridos graves por accidente de tráfico. Se observa que en el grupo de edad entre 65 y 74 años hay un mayor número de conductores fallecidos y a partir de los 75 años hay más fallecidos por atropellos. La mayor tasa de riesgo la encontramos en hombres entre 75 y 84 años, en cuyo grupo se producen 108 fallecidos por millón de habitantes.