La distracción es la primera causa de siniestralidad en España (sin incluir Cataluña) por encima de la infracción de la norma, la velocidad inadecuada y el cansancio o sueño. En el año 2012, de los 1.010 accidentes mortales ocurridos en carretera, 517 tuvieron como factor concurrente la distracción, lo que representa el 51 %, es decir, en uno de cada dos siniestros con víctimas ha existido un despiste. El tipo de accidente más relacionado con las distracciones son las salidas de vía seguido del choque por alcance y el atropello.
El Real Automóvil Club de España (RACE), en colaboración con BP y su marca Castrol, han creado el primer barómetro de las distracciones en España que tiene por objeto identificar los despistes al volante más peligrosos para la conducción. Anualmente se analizarán los datos de siniestralidad, la opinión de los conductores y sus comportamientos más frecuentes al volante, para actuar cada año sobre un factor de riesgo concreto y mejorar la formación de los conductores.
El documento contará para la difusión de los resultados con la campaña “Stop Distracciones” que se centrará en cinco mensajes prioritarios: olvida el móvil, deja fuera las preocupaciones y el estrés, prepara lo que necesiten los niños antes del viaje, las manos al volante y nunca apartes la vista de la carretera.
En el primer informe acerca de las distracciones, se ha encuestado a 4.473 conductores, lo que representa una muestra amplia del censo. Los participantes fueron preguntados según diversos enfoques con el objetivo de que las respuestas reflejasen sus verdaderas causas. Las distracciones que reconocen los conductores cometer con mayor frecuencia son en primer lugar “escuchar la radio o música” con un 85,3 %, “hablar con algún ocupante” con un 77,7 % y, en tercer lugar, “pensar en las preocupaciones personales” con un 56 %.
Por su parte, los descuidos que menos reconocen los conductores como propios están relacionados con el móvil así como el utilizarlo para jugar o manejar aplicaciones, mandar SMS o chatear. Al preguntar por el comportamiento de otros conductores, el 90,8 % de los encuestados admite como conducta frecuente el ver al resto de conductores “hablar con algún ocupante”, el 87,1 % “fumando”, el 85,3 % “mirar un accidente” y el 85,2 % “hablar por teléfono”.
Destacar que los entrevistados reconocen las distracciones del resto de usuarios en mayor medida que las de uno mismo. Este comportamiento ha sido denominado por los psicólogos del RACE como “deseabilidad del conductor”. Las distracciones que más vemos cometer al resto de conductores y menos reconocemos como propias, son las relativas en primer lugar a “fumar”, “manipular el teléfono: SMS/WhatsApp” o “utilizar el móvil para llamar”.
Cuando se pregunta sobre las distracciones que se consideran más peligrosas, en los primeros lugares aparecen las relacionadas con la manipulación de un teléfono móvil, como “chatear por el móvil” o “mandar un SMS” donde el 99,3 % y 99,2 % de los encuestados respectivamente consideran que se trata de una conducta “totalmente arriesgada”, seguido de “jugar o utilizar aplicaciones del móvil” con un 97,7 %, y “leer un SMS” con un 96,3 %.
Por su parte, un 94,4 % considera como conducta arriesgada “hablar por teléfono sin manos libres”, mientras que si se hace con el manos libres solo un 45,1 % de los participantes lo considera una conducta de riesgo. Otras acciones consideradas de alto riesgo son “leer” con un 97,6 %, “asearse” con un 93,4 %, “configurar el navegador” con un 92,9 %, y “buscar algo en la guantera” con un 91,7 %.
Por el contrario, aquellas distracciones que los conductores consideran menos arriesgadas coinciden con las dos distracciones que precisamente los conductores más admiten cometer como conductas propias: “Escuchar la radio/música”, que solo el 14,5 % considera arriesgado, y “hablar con los ocupantes” con un 26 %.
Respecto a los factores que contribuyen en mayor medida a la conducción distraída, los conductores identifican el cansancio, consumir alcohol o realizar comidas copiosas por encima de factores externos como la concentración de señales, la intensidad del tráfico o la meteorología.
Finalmente, de todos los datos recopilados en el barómetro, podemos apreciar que hay cinco tipos de distracciones principales: los ocupantes del vehículo, los pensamientos y preocupaciones personales, manipular dispositivos del vehículo, uso del móvil y apartar la vista de la carretera. En el primer caso, los niños son una fuente de distracciones, hasta el punto de que tres de cada cuatro conductores se vuelven o miran por el retrovisor si viajan en el asiento trasero.
En el segundo, y aunque parezca mentira, es el tipo de distracción que más accidentes y situaciones de riesgo ha provocado. En cuanto a manipular dispositivos como el navegador, radio, se convierte en la tercera causa de accidentes por distracciones. Además, un 38 % reconoce distraerse habitualmente al pasar ante un accidente.
Uno de cada diez encuestados reconoce haber sido sancionado por una distracción y tres de cada diez, dicen conocer la sanción por “utilizar el teléfono móvil sin manos libes, usar auriculares, o manipular el navegador” pero en la realidad, de ese 30 %, solo seis de cada 10 han respondido correctamente qué sanción tiene.