¿Tienes un coche diésel? Vigila los inyectores y evita una avería muy costosa
Esta pieza de los motores de gasóleo son muy caras y, además, está el precio de la mano de obra y las posibles complicaciones que surjan al intentar sacar el inyector
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Un inyector es básicamente un pulverizador que consta de una parte que es la que pulveriza el combustible (mediante una tobera con varios orificios muy finos y estratégicamente orientados y una aguja que abre y cierra el paso de combustible) y otra parte que es la que se encarga de abrir y cerrar ese pulverizador. Para abrir esa aguja antes se hacía simplemente mediante la presión que enviaba una bomba distribuidora, pero en los motores «common rail» actuales es la centralita del motor la que se encarga de enviar una señal eléctrica para activarlos.
Esa señal eléctrica en muchos casos lo que hace es activar un electro imán que atrae la aguja del pulverizador y deja paso al combustible, pero estos inyectores no son suficientemente rápidos, así que desde hace años se emplean lo que se conoce como inyectores piezoeléctricos. Y en dicho inyector piezoeléctrico hay muchos cristales para que la suma de sus pequeños aumentos de longitud al ser activados por la corriente sea suficiente como para desplazar la aguja. Son capaces de hacer esto muchísimas veces por segundo y lo hacen con la peculiaridad de que necesitan una corriente positiva para estirarse y abrir la aguja y una idéntica negativa para volver a su tamaño normal y cerrar la aguja.
En concreto, los inyectores de los motores diésel son piezas muy caras. Para hacernos una idea, un inyector piezoeléctrico está entre 650 y 1.100 euros la unidad , de modo que cambiar los 4 inyectores de un motor normal nos va a costar solo en piezas entre 2.500 y 4.400 euros, pero es que, además, está el precio de la mano de obra y las posibles complicaciones que surjan al intentar sacar el inyector .
Incluso en el caso de que el inyector sea reparable y su kit de reparación nos cueste apenas 150 euros, sacar un inyector del coche es casi siempre una tarea tediosa y con mucho riesgo para los mecánicos y basta un poco de mala suerte para que el coste de la reparación se dispare. Teniendo esto en cuenta, y tal y como detallan desde Autocasión , lo mejor es que seamos muy cuidadosos con el motor y tratemos de alargar la vida al máximo a los inyectores.
Tres tipos de averías
- Fugas por el retorno : las piezas internas del inyector se desgastan y dejan de ser herméticas, de modo que el combustible vuelve por el circuito de retorno de combustible en lugar de salir por el inyector. Esto produce pérdidas de presión en el circuito de alimentación y, además, también que se pierda presión en la inyección del propio inyector, lo que genera una peor pulverización del combustible y que éste arda peor, generando más carbonilla y humos y subiendo el consumo. Estas fugas por el retorno se producen por el desgaste natural de las piezas, por un defecto de fabricación o por usar combustibles de mala calidad.
- Problemas en la tobera : la tobera del inyector es la parte que está dentro del cilindro y expuesta a temperaturas y presiones muy elevadas que acaban por estropearlo. También la presión a la que sale el combustible desgasta los orificios y éstos acaban perdiendo su forma original y pulverizando mal las gotas. Normalmente se estropean antes porque sobre ellos se va depositando carbonilla y residuos de la combustión que van taponando los agujeros. Su desgaste se acelera al usar combustibles de mala calidad o no llevar un correcto mantenimiento de los filtros de combustible.
- Problemas eléctricos : los conectores de los inyectores a veces fallan, aunque no es frecuente y también se queman las bobinas de los electroimanes en los que son electromagnéticos.
- Problemas con los inyectores piezoeléctricos : el problema con estos inyectores es que los cristales piezoeléctricos tienen un número de ciclos de trabajo determinados y llega un punto en que por más corriente que le demos el cristal no reacciona. Su vida útil tiene fecha de caducidad. Aquí no hay nada que hacer para aumentar su vida útil.
Por lo tanto, hay dos factores básicos para evitar averías en los inyectores y son:
* Llevar un correcto mantenimiento : cambiar el filtro de combustible de forma periódica y usar filtros de excelente calidad, además de controlar los posibles depósitos de agua acumulados (el gasóleo absorbe agua de la humedad del aire y la va decantando).
* La calidad del combustible : los combustibles mal filtrados, con demasiadas naftas o el uso de aditivos incompatibles hacen que los inyectores se desgasten de forma prematura, así que evita los gasóleos baratos y las gasolineras con poco movimiento que hace que sus tanques suelan contener muchos residuos.
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