El desembarco de Tesla en Europa tensiona al sector alemán

Reciben con preocupación la primera megafactoría americana en Berlín

Rosalía Sánchez

Lo que en cualquier otro país se hubiese tomado como un éxito, Alemania lo está tomando como un ataque frontal. La compañía estadounidense de vehículos eléctricos de alta gama Tesla ha anunciado la apertura de una enorme fábrica en Berlín y el mesurado diario conservador de referencia, Frankfurter Allgemeine, ha titulado en su portada «Ataque en el corazón del mercado doméstico». «Todo el mundo sabe que la ingeniería alemana es extraordinaria, y esa es una de las razones por las que vamos a implantar nuestra megafábrica europea en Alemania», ha dicho el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk , sobre la que será la cuarta fábrica de Tesla , tras las de Nevada y Nueva York, en Estados Unidos, y Shanghái, en China.

La de Berlín, además de fabricar baterías que entrarán en competencia directa con las que Francia y Alemania pretenden fabricar juntas en un gran esfuerzo de presupuesto público, sino que albergará además un centro de ingeniería y de diseño. Cuando le han preguntado por los plazos previstos y la fecha en la que la macro fábrica estará operativa, Musk ha respondido con ironía: «definitivamente, tendremos que conseguir un mejor ritmo que el aeropuerto», en referencia al proyectado aeropuerto de la capital alemana, cuya inauguración lleva retrasándose por problemas técnicos desde 2013.

Tesla pone así un pie en Europa, con una sede que fabricará baterías, sistemas de transmisión y también vehículos. «Comenzando con el Modelo Y», ha dicho Musk, cuyo lanzamiento está programado para 2020. El sitio web de Tesla ya anuncia ofertas de empleo para Alemania y la empresa espera que la factoría entre en funcionamiento a finales de 2021. El Modelo Y es un SUV compacto basado en el Modelo 3 , que actualmente está disponible en Alemania por un precio superior a los 44.000 euros. Tesla lo está construyendo en la planta matriz en Fremont, Silicon Valley, pero tiene gran demanda y la fábrica está sobrecargada, hasta el punto que ha sido habilitada una cadena de producción adicional bajo una carpa anexa a la fábrica.

La fábrica será instalada en Grünheide, en el distrito de Oder-Spree. Esa misma ubicación fue valorada por BMW para establecer allí una planta de BMW. El proyecto de Tesla no parece una improvisación porque hace tres años se hizo con el fabricante alemán de máquinas Grohmann, especializado en cadenas de producción. Las autoridades locales calculan la creación de unos 10.000 puestos de trabajo que supondrán sin duda un revulsivo económico y demográfico para esta región del territorio de la antigua RDA.

El presidente regional de Brandemburgo, Dietmar Woidke , ha saludado el anuncio como «la mayor inversión de la historia en la región» y también ha dado la bienvenida a Tesla la senadora verde de Economía de Berlín, R amona Pop , que ha twitteado: «¡Si tienes visiones, ven a Berlín! ¡Bienvenida a la región metropolitana, Tesla!». Algo menos entusiasta, el ministro alemán de Economía, Peter Altmeier , ha dicho que «la decisión es una prueba de que Alemania sigue siendo una atractiva ubicación para el sector del motor».

Pero desde la economía alemana las primeras reacciones son bastante ácidas. El CEO de Siemens, Joe Kaeser, se ha quejado así en las redes sociales: «Divertida formación de la opinión pública en nuestro país. Si un CEO alemán alinea proactivamente a su empresa con el futuro, se le considera "patético" o "filosófico". Cuando un colega fumado de Estados Unidos habla de viajes a la luna entonces es un visionario comprometido». Se refería con el adjetivo a la entrevista en la que Musk fumó marihuana el año pasado.

Kaeser ha recibido duras críticas por ese comentario agresivo contra, por cierto, un cliente de Siemens. Su sucesor designado, Roland Busch, ha pedido una cita con Musk par «deshacer el malentendido». Pero es evidente que el sector vive con nerviosismo este desembarco de Tesla, especialmente por la situación tan crítica en la que sigue sumido. La marca más popular de coches eléctricos en Alemania no es ninguna alemana, sino Tesla, que el año pasado vendió 9.300 unidades en este país. En segundo lugar figura el Grupo Renault francés, con 8.300 vehículos eléctricos vendidos. Solo en tercer lugar, aparece BMW con unas ventas de aproximadamente 8000 piezas.

La electromovilidad sigue siendo un nicho de mercado en Alemania. Solo el 1,7% de todas las nuevas matrículas tienen un motor eléctrico . Y en el 98,3% restante no domina Tesla sino otros fabricantes. Sin embargo, la visión de mercado del anuncio de Tesla, con su nueva fábrica a las puertas de Berlín y en un territorio con condiciones muy favorables y que las empresas alemanas occidentales no han pisado, supone un golpe a la competencia alemana y al mercado interno.

Tesla representa el 30% del mercado europeo de coches eléctricos con batería, según Matthias Schmidt , analista especializado en la industria automotora. El fabricante estadounidense ha logrado recientemente volver a la rentabilidad, tras dos trimestres en números rojos, y su director ejecutivo se ha mostrado confiado en la capacidad de la compañía de cumplir con su promesa de entregar entre 360.000 y 400.000 autos nuevos en el conjunto de 2019. Su objetivo es ahora aumentar el volumen de ventas y controlar los costas para ser rentable de forma duradera.

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