¿Cuántas cañas o vinos son suficientes para dar positivo en un control de alcoholemia?
Aunque lo idóneo es no tomar ni una gota antes de tocar un volante, la legislación española sitúa el límite en 0,5 gramos por litro en sangre, excepto en los conductores noveles o profesionales donde la tasa baja al 0,3
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El comienzo del verano está a la vuelta de la esquina y comienzan las reuniones familiares y de amigos los fines de semana, en la playa o la montaña e incluso las fiestas patronales. Celebraciones en las que casi todos los conductores se preguntan cuánto podrán beber , sobre todo, si luego tienen que coger el coche.
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Aunque lo idóneo es no tomar ni una gota antes de tocar un volante , la legislación española sitúa el límite en 0,5 gramos por litro en sangre (o 0,25 mg/l de aire espirado), excepto en los conductores noveles o profesionales donde la tasa baja al 0,3 (0,15).
¿Cómo podemos calcular cuánto alcohol hemos ingerido? ¿Y el grado de alcoholemia? ¿Cómo nos afecta?
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) June 10, 2022
Para conducir, mejor ir a #cero. Pero, recuerda que el límite legal de #alcohol en sangre es 0,5 gr/l (0,3 para noveles).
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Para ello, la DGT ha elaborado una tabla en la que desgrana alguna de las equivalencias. Cabe recordar que es meramente orientativa, depende del peso y de la constitución de la persona y debe ser tomada siempre por lo bajo: si con dos cervezas estás cerca del límite, es mejor que tomes solo una.
También hay que tener en cuenta la curva de la alcoholemia, que se basa en que el alcohol puede empezar a detectarse en la sangre a los 5 minutos de haberlo ingerido y alcanza su máximo nivel entre los 30 y 90 minutos siguientes.
En concreto, el alcohol puro bebido se calcula multiplicando la graduación de la bebida usada (un número seguido del cero de grados (º) que aparece en la etiqueta de la bebida) por la cantidad ingerida (en centímetros cúbicos o mililitros y por 0,8 –densidad del alcohol– dividido por 100. Así, el grado de alcoholemia se calcula al dividir los gramos de alcohol puro ingeridos por el peso (en kilos) del bebedor multiplicado por 0,7 (0,6 en las mujeres cuya tolerancia al alcohol es menor).
Los efectos aparecen desde el primer momento, incluso con tasas inferiores a las permitidas para conducir. Así, desde 0,3 y hasta 0,5 –se alcanza con 2 cañas o dos vinos– ya se incrementa el tiempo de reacción, comienzan los problemas de coordinación y se subestima la velocidad. Al superar 0,5 gr/l. de alcoholemia, comienzan los problemas de visión y por encima de 0,8, graves problema de atención y coordinación y fuerte somnolencia.
A partir de 1,2 gr/l de tasa de alcohol en sangre (0,6 en aire espirado), la conducción se considera delito, penado con entre 3 y 6 meses de prisión.