Los increíbles inventos españoles en 70 años de automoción
Ya en 1955, Seat registró la primera patente de su historia para un sistema de retención infantil
Si preguntamos por el cinturón de seguridad en los coches un alto porcentaje de los encuestados responderán que es un invento sueco, al igual que si nos interesamos por la procedencia de los airbags seguramente la mayoría de las respuestas nos llevarán a Alemania.
Los primeros «coches» de la historia no eran más que adaptaciones de los carros de caballos. Una rudimentaria calefacción, los frenos de disco, el limpiaparabrisas mecánico… , algunos se incorporaban inmediatamente a los vehículos de la época, otros, muchos años después, como es el caso del cinturón de seguridad, cuya primera patente data de 1903, desarrollado para la aviación y no incorporado en la automoción hasta mediados de siglo. Nacido a finales del siglo XIX, la evolución del automóvil a comienzos del pasado siglo era frenética, a uno y otro lado del Atlántico.
En un principio los automóviles se diseñaron como una evolución de los coches de caballos , por lo que casi todos eran abiertos . Esta tendencia se invirtió a medida que pasaron los años, y a comienzos de los años treinta, la mayoría eran ya tenían capota.
En el momento de cerrarse los coches es cuando surge la preocupación por hacer el habitáculo más cómodo , lo que afecta a diferentes aspectos, por ejemplo, a su temperatura interior, en sus inicios con lámparas de gas y calentadores. A partir de 1917 comienza a ponerse en práctica una idea surgida años antes de calentar el habitáculo con los gases del escape, si bien tarda unos años más en incorporarse.
Pero también en España hemos sido pioneros en el mundo de la automoción, con más de 300 patentes activas como las que ha registrado Seat en sus 70 años de historia.
Un gran ejemplo son tres invenciones que revelan aspectos fundamentales de la marca española , como su visión adelantada -la sillita infantil de seguridad de 1955-, su reivindicación del diseño funcional - el logo-maneta del portón del maletero del del Ibiza de segunda generación- o, su decidida apuesta por el estilo, con -la maneta de puerta camuflada- de la segunda generación del Seat León.
La sillita infantil de 1955
La primera patente en los 70 años de Seat fue una sillita infantil (SEAT ES221068A), sellada en 1955. Describía una sillita constituida por dos armazones metálicos , articulados de manera que se podían plegar sobre sí mismos como un libro, lo que hacía la silla portátil, pero sobre todo más segura que dejar a los niños en los asientos posteriores sin ningún tipo de retención (como se hacia en aquella época). Su diseño aplicaba ya muchos de los conceptos básicos para un sistema de retención infantil eficaz. Las varillas de hierro , junto con dos tirantes de tela que limitaban el ángulo máximo entre banqueta y respaldo, garantizaban la estabilidad de la sillita . Estas tiras permitían el plegado y no eran peligrosas en caso de que el niño se golpease la cabeza con ellas. El confort del pequeño se tenía en cuenta con un respaldo y una base realizados en material flexible, que podría ser tela, plástico o similar.
Hoy sabemos que la sujeción de la sillita al vehículo es fundamental. La patente reclamaba la disposición en la parte superior de dos ganchos de gran abertura que permitían colgar la sillita del respaldo de un asiento para adulto, especialmente de un vehículo automóvil. También tenía dos ganchos más pequeños, que facilitaban utilizar la sillita fuera del automóvil, suspendiéndola como si fuera un columpio.
El cuerpo del niño necesita de un sistema de retención en la propia sillita. El esquema de la patente muestra un cinturón de seguridad con tres puntos de anclaje. El cinturón central lo conforman dos cintas que se unen mediante una hebilla de difícil manipulación por un niño. Estaba realizado en material flexible o elástico y era ajustable, para adaptarse a la corpulencia del niño y mantenerlo sujeto firmemente. El tercer punto está en la banqueta. Allí ancla una tira vertical que se une al cinturón y se sitúa entre las piernas de un niño. Una sujeción inguinal similar a los arneses de competición, que impide que el cuerpo pueda deslizarse por debajo del cinturón.
El logo-maneta de 1999
En la solicitud de modelo de utilidad ES1042196U, Seat inventa un bombín de cerradura con una tapa muy especial por varios motivos. Descubrir la cerradura requiere presionar esa tapa con los dedos o con el pulgar en su parte superior. Al hacerlo, bascula y permite usar los otros dedos para ayudar al giro y al completar 90 grados, accionando también el cierre o pestillo, lo que libera el portón. A la vez, la propia tapa sirve de asa para levantar el portón con un movimiento ascendente natural del brazo.
El mecanismo resulta funcional y práctico, pero el toque maestro lo pusieron los diseñadores, proporcionándole el estilo adecuado. Concretamente, esa tapa es la característica «S» del logo y vio su primera aplicación en serie en el restyling del Ibiza de segunda generación. Este modelo de utilidad, que también podía ir motorizado se ha mantenido en los vehículos de la marca hasta fecha de hoy, como es el caso en la actual generación del Ibiza o en el nuevo León.
Maneta incorporada en la custoria, en 2007
La custodia es esa ventana posterior que aparece en muchos coches, por detrás de las ventanillas traseras, que permite ampliar la zona de visión a los ocupantes traseros. En la mayoría de los diseños, existe una notable separación entre la ventanilla trasera y la custodia. Sin embargo, los diseñadores de Seat decidieron que podían dar continuidad a la superficie acristalada de la zona posterior del León de segunda generación. Esto permitiría ganar estilo y dinamismo en la línea del vehículo.
En la patente ES 2271826 T3 se describe cómo ampliar la zona transparente del acristalamiento posterior y, a la vez, conseguir un espacio donde ocultar la maneta de apertura de la puerta.
Para conservar la funcionalidad, la custodia se realizaba en policarbonato termoformado transparente que presentaba un hueco por el que introducir los dedos y accionar la manilla oculta, situada en la puerta, en posición vertical junto a la ventanilla posterior. Con esta solución, el panel de la puerta trasera de la segunda generación del León aparecía limpio, sin rupturas, sin tiradores. Como resultado de esta patente, el ojo percibía el Seat León creado por el diseñador Walter de Silva como un estilizado tres puertas sin perder la practicidad de una carrocería de cinco puertas.
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