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YoutubeYoutube: Hövding, un airbag que salva vidas de ciclistas

El dispositivo, que ya se vende en España por unos 300 euros, ofrece una protección ocho veces superior a la de un casco normal

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Un airbag... para ciclistas. El Hövding es una innovadora creación de la empresa sueca del mismo nombre que permite proteger el cuello y la cabeza en caso de accidente.

El dispositivo se activa cuando detecta un accidente, gracias a una serie de sensores y giroscopios. Estos mecanismo son capaces de identificar aceleraciones anormales, que identifican con un accidente, lo que activa el Hövding.

«El metodo de funcionamiento es igual que el de los coches: tiene un dispositivo de explosion con polvora que, al estallar, activa un dispositivo de nilon que se infla y protege el cráneo y el cuello», explica Miguel Belenguer, de Bikebitants, la empresa que lo distribuye en España.

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El Hövding, que se vende por un precio que ronda los 300 euros, cumple con todas las normativas europeas, pero solo puede utilizarse en los casos en los que el casco no es obligatorio debido a que, al menos por el momento, no ha sido homologado como dispositivo equiparable.

Así, únicamente puede ser utilizado en zonas urbanas y por mayores de 16 años, ya que el casco es preceptivo en carreteras interurbanas y para menores de 16 años que circulen por cualquier vía.

Según un estudio de la Universidad de Standford, el Hövding ofrece una protección ocho veces superior a la de un casco normal. No obstante, el dispositivo es inútil en algunas ocasiones, como cuando el ciclista sufre el impacto de una rama durante su marcha.

Para facilitar su uso e incrementar su eficacia, el airbag para ciclistas, que antes de activarse se asemeja a una bufanda, se vende en tres tallas, s m y l. Además, puede personalizarse estéticamente con «covers» de diferentes colores y estampados.

[Preguntas y respuestas sobre el Hövdig]

El Hövding lleva ya un año a la venta en nuestro país aunque su acogida, según Belenguer, está siendo mucho más discreta que en países del norte de Europa. Algo que atribuye a su elevado precio y a que aún no haya sido homologado como sustituto de los cascos tradicionales, lo que limita su público a compradores «premium» o especialmente sensibilizados con la protección en entornos urbanos.

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