Andy Palmer (CEO Switch Mobility): «La combinación cero neto y hecho en España tienen un valor añadido enorme»

El fabricante anglo-indio desembarca en España con una fábrica en Valladolid que pondrá a producir 'su revolución' en autobuses eléctricos a finales de este año

J. Ayuso Santamaría

«La movilidad eléctrica no es el futuro, es el presente». Así de rotundo ha definido Andy Palmer la coyuntura por la que pasa la automoción. Obviamente, barriendo para casa, ya que para este ingeniero inglés lo más lógico es hablar de transporte sostenible, como padrino de este tipo de vehículos. Él fue el encargado de llevar a cabo transformaciones muy importantes en marcas top a nivel mundial como Nissan y Astor Martin. Para el fabricante japonés de automóviles tuvo la misión de lanzar el LEAF, el primer vehículo eléctrico de la era moderna. Y de ahí se quedó 'conectado' a este cambio combustible. Ahora, en el presente al que se refiere, habla como Vicepresidente y CEO de Switch Mobility , fabricante anglo-indio de autobuses y vehículos comerciales ligeros eléctricos y es una de las cabezas visibles detrás de la apuesta de la firma por poner en nuestro país la primera factoría en Europa, la tercera de la empresa en el mundo, en aras de una expansión por el viejo continente y con los ojos puestos también en Latinoamérica.

El punto elegido para su plan es Valladolid, como se dio a conocer en diciembre del pasado año, y el objetivo es que la planta pucelana fabrique su primer vehículo para finales de este año. Además, en varias fases se va a ir ampliando la producción con un centro de I+D y la construcción de furgonetas eléctricas y baterías. Todo ello llevará a las orillas del Pisuerga, casi de forma literal por la ubicación del terreno, una inversión de 100 millones para crear 2.000 empleos directos y otros 5.000 directos. Eso sí, con un valor añadido de «cero carbono neto» en todo el proceso de elaboración y con la etiqueta de 'made in Spain', como deja claro al atender las preguntas de ABC.

En la expansión a nivel mundial de Switch Mobility se fija la primera fábrica de Europa en España. ¿A qué se debe esta elección?

Hay varios niveles. Empezamos por el superior, desde el macro. La próxima década las perspectivas de crecimiento del autobús eléctrico se multiplican por doce y en el caso de las furgonetas eléctricas, por 14. A un nivel un poquito más bajo de análisis, constatamos que en Europa hay una perspectiva enorme de crecimiento. Si continuamos bajando en el nivel de análisis de la Unión Europea hay dos países, que son Alemania y España, que presentan el mejor escenario e incluso a un nivel más detallado del análisis de España, la región de Castilla y León ofrece extraordinarias oportunidades por su interés, su iniciativa, por su 'agresividad' en invitar a la inversión extranjera y como ejemplo de políticas y liderazgo en el ámbito de la descarbonización.

Aunque, también se podría plantear la pregunta desde otra perspectiva ¿Qué aporta Switch Mobility a todo esto?

Switch es la primera empresa a nivel mundial con el objetivo de las emisiones de carbono cero. En otras palabras, hemos elevado el listón por encima de otras expectativas anteriores. Hay que matizar que 'cero neto' implica que es un objetivo que se cumple a lo largo de toda la cadena de fabricación y suministro. No solo es la fabricación de vehículos eléctricos, el suministro, la construcción, la infraestructura. Eso es lo que aportamos nosotros aquí ese objetivo de cero neto en emisiones. En la única empresa.

Ya se ha fijado en finales de 2022 el inicio de la producción. El calendario parece ajustado ¿Según sus cálculos, cuándo va a comenzar a ser rentable y qué cartera de pedidos es necesaria para que el proyecto sea viable?

Digamos que este plan a largo plazo incluye tres fases: primero los autobuses, luego las baterías y después las furgonetas o vehículos comerciales ligeros más pequeños. De manera que se trata de un despliegue progresivo. Dentro del primer objetivo hay aún otras tres subdivisiones, otras tres etapas. Quiero decir que a finales de 2022 no vamos a satisfacer, lógicamente, todo este plan de actuación pero sí estaremos ya empezando y ello es necesario porque estamos respondiendo a demanda en tendencia en el ámbito internacional europeo. En esa fase preliminar, seguramente recurramos a la ayuda de nuestras bases en el Reino Unido y en India.

Cabe destacar que, además, hay dos tipos de clientes. En primer lugar, las administraciones locales que funcionan a través de licitaciones públicas. En ese sentido, los ayuntamientos tienen que realizar sus ofertas con este procedimiento y sí que pensamos que el 'made in Spain' va a funcionar en ese ámbito. Por otro lado, están las flotas de vehículos comerciales, las furgonetas de reparto, etcétera, con empresas como Amazon o Correos y con una visión más a largo plazo consideramos y sabemos que vamos a tener una cartera de pedidos interesante

¿Qué ayudas se ha comprometido la administración regional y nacional para apostar por Valladolid?

Existen incentivos a todos los niveles de la administración pero nosotros no venimos aquí por las subvenciones. Hay tres razones de mucho más peso sobre las que pivota nuestra decisión. En primer lugar, España es el segundo mercado para nuestro producto. A continuación, el hecho de que aquí detectamos un capital humano muy importante; un aspecto muy importante. Que el diálogo social y las relaciones laborales son estables y están bien desarrolladas y que la cadena de suministro puede ser óptima para nuestros objetivos. Todo ello implica que encontramos aquí una infraestructura global óptima, una vez más, para este proyecto. Evidentemente, sabemos que hay incentivos a nivel de todas las administraciones, lo cual está muy bien, pero no es el objetivo principal que tenemos. Luego está el hecho importantísimo de que nos dedicamos a producir y a fabricar autobuses y vehículos comerciales ligeros de cero carbono neto y aquí hay clientes. Esperamos que dentro de este contexto nuestra marca, con el añadido de hecho en España, se aprecie.

Uno de los mensajes que usted traslada es que se genera «cero carbono neto» en todo el proceso de fabricación. ¿Cómo se llega a ello sin que afecte al precio y a la eficiencia del vehículo?

Esto tiene que ver con nuestro concepto del transporte público. Evidentemente, todas estas demandas y constricciones tienen un impacto en el coste, pero claro, pensamos que la combinación cero neto y hecho en España, conjuntamente, tienen un valor añadido enorme. No se trata de fabricar autobuses baratos que podemos adquirir, por ejemplo, de China. Hay otras consideraciones que tienen que ver con la propiedad intelectual, con la creación de puestos de trabajo, con la infraestructura sostenible. Nosotros lo que queremos es responder a estos retos. Hay que explicar que conseguir el objetivo de emisiones cero neto es mucho más difícil que, sencillamente, fabricar vehículos eléctricos. Pensamos que fabricando aquí en España vamos a tener mejor calidad del producto por infraestructura de producción y un nivel más alto de los empleos.

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