Responsable de un 12% de las emisiones de CO2 de origen humano y un 25% del consumo mundial de petróleo, la industria del automóvil contribuye claramente al problema del calentamiento climático. La utilización del petróleo como fuente de energía siempre se traducirá en emisiones de CO2. La motorización eléctrica es la única solución de auténtica ruptura ya que emite 0 gramos de CO2 en el uso.
Por ello, el vehículo eléctrico es el estandarte de la política medioambiental de la marca Renault, basada en una oferta de productos más ecológicos y asequibles para todos. Según los cálculos más optimistas de la marca del rombo, de aquí a 2020, los vehículos eléctricos representarán un 10% del mercado mundial. El objetivo del fabricante galo es colocar 1,5 millones de vehículos eléctricos en las carreteras de aquí a 2016. Es decir, avanzar en una quinquenio lo que no se ha logrado hacer en más de siglo y medio desde que el primer vehículo eléctrico inició su marcha, cuando en el año 1842 un tal Andrew Davidson se desplazaba por las calles de Edimburgo a bordo de un extraño vehículo máquina cuyos ejes eran accionados por electroimanes.
Seguridad, ante todo
Tras casi 20 años de investigaciones, la tecnología de las baterías de ión-litio ya está madura y aporta respuestas satisfactorias tanto en materia de autonomía -se duplica con respecto a las tecnologías de los años 80- como de seguridad.
La batería del nuevo eléctrico Fluence Z.E. de Renault consta de 48 módulos de potencia, cada uno con 4 células elementales. Dentro de estas células ocurren las reacciones electroquímicas que permiten producir corriente o almacenar energía. Cada módulo es del tamaño de un ordenador portátil. Están colocados en tres filas superpuestas y cada uno suministra 8,3 V, es decir, un total de 400 V.
Renault ha optado por la tecnología ión-litio, la misma que la utilizada para los teléfonos móviles y los ordenadores. Las prestaciones de estas baterías son superiores a las de las baterías de antigua generación de níquel-hidruro metálico, en todos los ámbitos: autonomía, durabilidad, fiabilidad, seguridad y coste. No tienen efecto memoria de carga, que se observa tras ciclos de recarga incompletos que provocan una caída de la capacidad de las baterías clásicas. La batería no requiere mantenimiento alguno. Además, puede ser recargada durante breves periodos de tiempo sin que se altere su capacidad.
También se han realizado numerosos test para comprobar que no haya riesgos relacionados con el uso de la energía eléctrica en un automóvil. Renault ha efectuado el denominado “test de la barbacoa” en sus vehículos. Se trata de prender fuego por debajo del vehículo y medir el tiempo que éste tarda en arder. Los resultados muestran que un vehículo eléctrico es más resistente al fuego que un modelo térmico dado que no posee depósito de gasolina. Una batería arde al cabo de 10 minutos, frente a 1 minuto o 2 que tarda el depósito de gasolina. Y además, no hay explosión.
Con esas credenciales, Renault ha presentado su nuevo modelo Fluence Z.E, una berlina eléctrica destinada a clientes particulares o a flotas que cuenta con una avanzada tecnología. Para distinguirse estéticamente del Fluence con motores térmicos convencionales, esta variante eléctrica adopta una serie de elementos característicos propios, como los faros, el cerco de las luces antiniebla, los logos delanteros y traseros, rejilla de calandra y el logotipo «Fluence», que van en color azulado. El Fluence Z.E. dispone asimismo de luces traseras totalmente rediseñadas.
Con 4,75 mts. de largo, la versión Fluence Z.E (cero emisiones) es también 13 cmts. más largo para poder integrar las baterías detrás de los asientos traseros. En el interior, el habitáculo integra ahora la información «eléctrica» en el ordenador de a bordo y señala el consumo instantáneo y medio, la autonomía, y la carga o descarga de la batería. Con el mismo ancho que la versión con motor térmico, el espacio interior del Fluence Z.E. es el de de una berlina del segmento medio-superior con una gran habitabilidad, con capacidad para cinco pasajeros. El maletero ofrece un volumen de 317 litros y tiene un doble fondo para organizar mejor la carga.
En materia de seguridad, la estructura se ha adaptado para garantizar el mismo nivel de seguridad que la versión térmica. La carrocería se ha reforzado y el habitáculo está equipado con dobles pretensores de cinturones de seguridad y 6 airbags de serie. También se ha rediseñando el chasis, adoptando una suspensión de mayor rigidez, ya que en la parte delantera, el motor eléctrico del Fluence Z.E pesa menos que el más ligero de los motores térmicos disponibles en la gama (160 kg frente a los 200 kg que pesa una motorización diesel de gama básica). En cambio, la aparición de la batería en la parte trasera añade un peso de 280 kg., por lo que se ha situado entre los asientos traseros y el maletero, de forma que no altere el comportamiento del coche.
El motor eléctrico del Fluence Z.E tiene una potencia de 70 kilovatios, equivalente a 95 caballos, con un par motor de 226 newton-metro. La característica más destacada es que todo este par máximo se suministra de forma instantánea y las aceleraciones son inmediatas y constantes. En uso real, la autonomía del Fluence Z.E puede llegar hasta casi 200 kilómetros en condiciones de circulación fluida. Al contrario de lo que ocurre con los vehículos térmicos, es en la ciudad, con un tráfico denso, donde el vehículo eléctrico es más económico. Esto se explica en parte por el hecho de que en parado (en un semáforo, con circulación densa, etc.), el vehículo eléctrico no consume prácticamente energía.
Asimismo, gracias al sistema de recuperación de energía al frenar, las paradas frecuentes compensan en parte el consumo de energía en conducción urbana. El Renault Fluence Z.E se puede recargar (con una toma específica para vehículos eléctricos), completamente entre 6 y 8 horas. Con un sencillo cable que le permite conectarse directamente a una toma doméstica de 220V, la recarga completa se efectúa entonces en un tiempo de entre 10 y 12 horas.
El Renault Fluence está a la venta desde 19.800 euros. El alquiler de la batería, que es propiedad de Renault y se ocupa de sus fallos o averías para que el cliente siempre tenga una batería operativa, es de 82 euros al mes. La garantía del vehículo es 2 años y kilometraje ilimitado. La garantía de la cadena de tracción eléctrica es de 5 años o 100.000 kms. El coste de la energía eléctrica consumida por cada 100 kilómetros recorridos, en condiciones de poco tráfico y a una velocidad de 90 kms/hora se sitúa entre 1,5 y 1,7 euros, un poco más que el precio de 1 litro de gasolina.
Ficha Técnica Renault Fluence Z.E
Potencia: 95 caballos
Velocidad: 135 Km. /hora.
0 a 100: 13 segundos
Cambio: Automático
Autonomía: Hasta 200 kilómetros
Precio: Desde 19.800 euros