Mercedes-Benz E 43 AMG 4Matic, una bestia del asfalto

Si a las virtudes de la nueva Clase E de Mercedes le añadimos las especificaciones AMG, el resultado es una bestia del asfalto capaz de devorar kilómetros y kilómetros sin apenas inmutarse y con el que hay que ir muy rápido para encontrar algún fallo, que por otra parte no hemos visto ni sentido. Todo funciona tan bien que es muy fácil sobrepasar las velocidades legales sin sentir que las estamos traspasando. A ello, además, contribuye una tracción integral 4Matic que reparte el par en un 69% detrás y un 31% delante y que pega al suelo al coche y lo lleva sobre raíles. Una caja de cambios automática de 9 velocidades 9G-Tronic que es una delicia de funcionamiento.

Y unas suspensiones firmes pero no incómodas ni siquiera en los modos más deportivos.

Mercedes-Benz E 43 AMG 4Matic

El E 43 AMG 4Matic es una delicia y ni siquiera unos consumos elevados, cuando se le exige pueden ser un verdadero inconveniente si tenemos los casi 90.000 euros que cuesta el coche.

Es cómodo, amplio, lujoso y corre que se las pela sin dejar pasar al interior más que un sonido celestial al acelerar con decisión.

Como en los últimos Mercedes el Clase E 43 AMG 4Matic, además, llega con el AMG Dynamic Select y sus distintos modos de conducción que modifican la respuesta del motor, la caja de cambios, la dirección, la suspensión y el funcionamiento del control de estabilidad y con los que se puede exprimir al máximo las posibilidades de este motor de 3 litros, seis cilindros y 401 caballos. Así, con los modos Confort y Eco podemos circular con tranquilidad y seguridad y sin unos consumos excesivos -alrededor de los 11 litros- y si queremos emociones fuertes y pisarle al acelerador, con los modos Sport y Sport Plus el coche pierde toda inhibición y se vuelve una fiera capaz de pasar por donde le digamos sin mostrar el menor desequilibrio. Eso sí, en ese momento los consumos aumentan pero que le vamos a pedir con esas prestaciones.