La progresiva llegada de nuevos modelos con tecnología más respetuosa con el medioambiente es un hecho. Motores únicamente eléctricos, combinación de gasolina o diésel con eléctricos y la ya cercana aparición de la denominada pila de combustible. Además, la mayoría de las marcas apuestan por rebajar aún más las emisiones de escape y el consumo en los clásicos motores de gasolina y diésel.
Y bajo ese enfoque básico es cuando nacen los rallyes “eco”. Coches de serie, nada de potencias exageradas ni de preparaciones especiales en los vehículos. Y tampoco es obligado casco para el conductor porque las pruebas se realizan en tráfico abierto. No se trata de llegar lo más rápido posible sino de cumplir a la décima un recorrido establecido y por lo general a una velocidad media que no supera los 50 kilómetros por hora. El consumo también cuenta.
Por tanto, sí es aconsejable equipar el vehículo con aparatos de medición que ayuden al conductor, en forma de luces u otros sistemas, que circula a la velocidad idónea. El Eco Rallye Vasco Navarro, único puntuable para la denominada Copa FIA (Federación Internacional del Automóvil) de energías alternativas, es el más importante de los que se celebran en nuestro país. En su cuarta edición se ha vuelto a celebrar en Vitoria, ciudad que presume de ser Capital Verde Europea durante este año y se han citado 40 coches.
Durante dos días hemos tenido oportunidad de conocer desde dentro este Eco Rallye Vasco Navarro. Con un Peugeot 3008 HYbrid 4, el único híbrido con motor diésel presente en la prueba, y solo con las tablas de tiempo que facilitaba la organización y la habilidad al volante de Jaime Hernández (El Mundo) hemos “peleado” con los pilotos locales que son unos auténticos expertos.
El 3008 quizá no sea el modelo idóneo para circular por los estrechos tramos de una carretera local, pero en carretera más abierta si es efectivo lo que demuestra que en el circuito de Los Arcos y en un recorrido de cuatro vueltas a un promedio de 75 kilómetros por hora sí conseguimos un brillante tercer puesto. Eso sí, con su tracción a las cuatro ruedas, la estabilidad es notable, su conducción es confortable y el consumo es muy bajo.
Bajo unas condiciones poco equiparables a una conducción normal por un promedio ligeramente inferior a los 50 kilómetros por hora en carreteras de segundo orden, lo cierto es que se pueden alcanzar consumos ridículos con el Peugeot 3008 Hybrid4. En este caso, realizamos 570 kilómetros y el consumo medio arrojó una cifra de solo 4,9 litros cada cien kilómetros. Hay que tener en cuenta que por sus medidas de la carrocería, el 3008 no es muy aerodinámico y al equipar el sistema de tracción a las cuatro ruedas, el peso es más alto.