La Yamaha T-Max 500 siempre ha sido la referencia en el segmento de los scooter deportivos de gran cilindrada. Desde principios de año Yamaha ha mejorado su modelo con la llegada de la versión T-Max 530 que mejora tanto prestaciones mecánicas como técnicas. Para el nuevo modelo mantienen el propulsor bicilíndrico, pero aumentan su cilindrada de los 499 Cc. a 530 Cc., este incremento de cilindrada supone ganar 3 Cv. de potencia para llegar a los 46,5 Cv. a 6.750 revoluciones. Una cifra de potencia, que según los responsables de la marca, es la idónea entre prestaciones, estabilidad y seguridad. Con esta combinación de motor y chasis, el conjunto es más efectivo, consume menos y la respuesta al acelerador es más progresiva, ganando en cifra de par y comodidad en la conducción por ciudad.
Yamaha también ha trabajado sobre el bastidor, que es realmente efectivo. Está integrado por una doble viga de aluminio más rígida y con menos material que la anterior versión, por lo cual se ha reducido el peso total, además de incorporar un nuevo basculante de aluminio de doble brazo construido en dos piezas. El peso total del conjunto no supera los 200 kilos, por lo que en un maxi scooter de estas características está garantizada una excelente maniobrabilidad en todas las condiciones de uso. Ello también se debe en parte, a que la distribución de los pesos están repartidos al 48% y 52% entre sobre el tren anterior y el posterior, similar al de una moto deportiva, de ahí su excelente comportamiento dinámico.
La altura del asiento al suelo es de 800 milímetros, en el depósito entran 15 litros de combustible, y la estética de la moto es fiel a al aire de familia de los scooter Yamaha, con un marcado carácter deportivo en el caso de la T-Max 530. La instrumentación es muy completa, y además del velocímetro y cuentavueltas viene con una pantalla digital intermedia, con reloj horario, indicador de combustible y temperatura.
Los precios se sitúan a partir de 10.199 euros.
