Otro automóvil que empieza a ser un veterano. Se lanzó en 1995 y fue uno de los primeros en recibir ese tipo de términos que solo se dan en el mundo del automóvil: todocamino. Se refiere a vehículos con apariencia de todoterreno pero que en la realidad son más turismos. Ahora llega la cuarta generación del modelo japonés con el objetivo añadido de ofrecer la funcionalidad de un monovolumen.
El nuevo CR-V se reconoce por un diseño más agresivo, sobre todo el del frontal y la carrocería cuenta con unas líneas más definidas. Se ha diseñado como un automóvil global, pero el modelo para Europa presenta una serie de especificaciones exteriores desarrolladas exclusivamente para este mercado. El paragolpes delantero refuerza su atractivo dinámico, mientras que las luces delanteras y traseras de circulación diurna LED son otras incorporaciones específicas.
En el cuadro de instrumentos destaca la pantalla de información múltiple “inteligente” (i-MID) de 5 pulgadas, que controla los sistemas de audio, telefonía y sistema de navegación. Los asientos traseros se han bajado 38 mm y hay más espacio libre. Asimismo, pueden plegarse totalmente con facilidad en un solo movimiento.
En cuanto a motores, se sigue ofreciendo un propulsor de gasolina i-VTEC de dos litros y un motor diésel i-DTEC de 2,2 litros. Ambos se han rediseñado a fondo con el objetivo de reducir las emisiones de CO2. La potencia y el par del motor i-DTEC son los mismos pero las emisiones de CO2 descienden de 171 g/km a 153 g/km en las versiones con transmisión manual y de 195 g/km a 175 g/km en las versiones equipadas con cambio automático.
La potencia del motor de gasolina ha aumentado de 150 CV a 155 CV. A pesar de ese mayor rendimiento, las emisiones de CO2 han descendido de 192 g/km a 174 g/km en la versión manual y de 195 g/km a 176 g/km en la automática. En el CR-V con tracción a las dos ruedas las emisiones de gases de escape se reducen a 170 g/km.
Disponible por primera vez con tracción a las dos ruedas, las mejoras internas en el nuevo Honda se encuentran en la suspensión y la dirección. El incremento de la rigidez de la carrocería permite que la suspensión, endurecida un 10%, funcione de una manera más eficaz. La tracción a las cuatro ruedas se regula ahora de forma eléctrica y es más ligera que la del CR-V anterior.
El nuevo CR-V también es el último vehículo de la marca en incorporar los avanzados sistemas de asistencia al conductor (ADAS) de Honda. Incluye el sistema de mantenimiento de carril (LKAS), el control de crucero adaptativo (ACC) y el sistema de prevención y mitigación de impactos (CMBS), que advierte de una colisión inminente e incluso aplica los frenos para minimizar el posible alcance.
Si no puede esperar a noviembre, el CR-V actual se vende en configuración 2.2 i-DTEC Comfort, que lleva un buen equipamiento como llantas de aleación de 17”, tapicería mixta alcántara/textil, sensores de aparcamiento, climatizador dual, radio CD con lector MP3, ordenador o faros antiniebla. El precio es de 25.300 euros, lo que supone un descuento superior a los 4.000 euros.