Entrevista

Laura Ros (Volkswagen): «Se necesita un pacto de Estado que dé tranquilidad al sector»

Culpa del frenazo en las ventas a las dudas sobre el futuro del motor de combustión

Laura Ros

J. R. Alonso

Laura Ros (Barcelona, 1971) lleva dos años como directora general de Volkswagen España. Durante este tiempo la marca alemana se ha consolidado como una de las primeras por ventas en nuestro país –el año pasado acabó en segundo lugar con 102.954 unidades matriculadas–. En estos momentos se encuentra inmersa en el lanzamiento del T-Cross –llega a los concesionarios en mayo desde 18.990 euros–. Más allá del reto de mantener el crecimiento de la marca en España, Ros muestra su preocupación por el momento que vive el sector de la automoción, especialmente tras siete meses consecutivos de caídas en las ventas.

—¿El frenazo en las ventas nos puede hacer pensar que estamos a las puertas de una recesión?

—En un principio pensábamos que era consecuencia de la nueva normativa de emisiones WLTP. Creíamos que mucha gente había anticipado la compra y este parón lo teníamos previsto para el último trimestre del año. La mala noticia es que esa tendencia a la baja se ha mantenido en el arranque de año y se ha confirmado la desaceleración en las ventas, especialmente en el canal de particulares. Afortunadamente el canal de empresas sigue siendo positivo, lo que nos hace ser optimistas. Creemos que los particulares tienen una demanda latente que no acaba de despegar y que está expectante ante la incertidumbre creada por los anuncios del Gobierno en cuanto al futuro de algunas tecnologías, a lo que se une la incertidumbre por las regulaciones en algunas ciudades.

—Desde la Administración se está apostando más por prohibir que por la incentivar. ¿El sector del automóvil de qué es más partidario?

—Estamos pidiendo, en primer lugar, que el Gobierno regule en línea con la Unión Europea, una regulación que ya es muy estricta, y que son a las que nos estamos ciñendo todos los fabricantes. Pedimos también que haya homogeneidad territorial en la aplicación de los incentivos a la compra. Y en tercer lugar, solicitamos ayudas para la adquisición de vehículos de bajas emisiones.

—¿Culpar de la contaminación a los coches es una injusticia?

—Los vehículos suponen el 16% de la emisión de CO2 en las ciudades, con lo cual está claro que no son solos los coches los que influyen en la calidad del aire. Pero también hay que intentar que la generación de energía sea renovable. Influye en la contaminación también las calefacciones, el transporte de mercancías, los trasatláticos o los aviones. Lo que ocurre es que a nivel regulatorio es con el tráfico donde los gobiernos están siendo más incisivos.

—¿Es viable hoy en día un mundo en el que solo hubiera coches eléctricos?

—Hoy en día todavía no, pero se están dando pasos importantes en esa dirección. La tecnología está avanzando y ya se consiguen autonomías que dan tranquilidad al usuario a la hora de hacer recorridos de más de 300 kilómetros. En Volkswagen, con la nueva plataforma conseguiremos hasta 550 kilómetros, lo que equivale a la autonomía de un motor de combustión. También se ha producido un cambio regulatorio con la liberalización del gestor de carga, que facilita la instalación de puntos de recarga en lugares públicos que ayudará a mitigar el actual déficit que sufrimos en España.

—¿Qué habría que pedir a la Administración para proteger un sector, como es el de la automoción, que aporta el 10% al PIB nacional?

—Habría que pedirles un plan estratégico, consensuado entre todos los interlocutores, con el compromiso de todas las fuerzas políticas. Se necesita un pacto de Estado que vaya más allá de una legislatura y que dé estabilidad a este sector estratégico. No nos olvidemos que somos el segundo fabricante de automóviles de Europa y no hay muchas industrias de las que España pueda presumir de ser puntero. Pero las inversiones en las fábricas españolas se deciden fuera de nuestras fronteras. Por esa razón es importante que haya una regulación estable que dé tranquilidad en un horizonte de cinco a diez años. Las marcas quieren sentir que el país apuesta por esta industria y que entiende las necesidades del sector . Hoy en día esto es más importante porque las marcas son muy sensibles y buscan entornos estables para afrontar la transformación tecnológica. Necesitan ver que desde el Gobierno ayudan a la implantación de fábricas de baterías, al desarrollo de tecnologías para conducción autónoma y la apuesta por las ciudades inteligentes. Sin ese acompañamiento, es posible que las inversiones futuras se planteen hacerlas fuera de España. Nosotros queremos apalancarnos en toda la infraestructura que ya tenemos para seguir avanzando y que las inversiones futuras se queden en territorio español.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación