Conducir por encima de los 200 kilómetros por hora no supone el menor problema en los tramos permitido de las autopistas alemanas; en España podemos ir a la cárcel. Lo mejor para comprobar cómo acelera de cero a 100 el nuevo R8 (poco más de tres segundos) y otras espectaculares prestaciones es realizar uno de los cursos de Audi en el circuito de Montmeló que la marca denomina Driving Experience.
No hace falta ser cliente de Audi. Cualquier conductor puede acceder a uno de los cursos que el fabricante de los cuatro aros realiza en España, concretamente en el circuito de Montmeló, muy cerca de Barcelona. Sin duda una experiencia de lo más recomendable porque la marca pone a disposición de los usuarios varias unidades de la última versión del R8, con 550 caballos de potencia y los también espectaculares familiares RS4 y RS6.
Con la ventaja de que este tipo de curso lo realiza la propia escuela del circuito con instructores españoles, por lo que no va a haber ningún problema con el idioma. Como suele ser habitual, el Audi Driving Experience se compone de una parte teórica y otra práctica, que es lógicamente la más esperada y se realiza además con el R8. Los familiares se prueban en carretera abierta por los alrededores del circuito, por todo tipo de carreteras tanto autopistas como pequeños tramos con cientos de curvas.
La charla inicial se basa en dar a conocer las principales características del R8, sobre todo por la incorporación de la nueva caja de cambios S tronic de siete velocidades, de tipo doble embrague, que mejora prestaciones y consumos. Con levas en el volante dispone además de la función Launch Control. Otros detalles del cupé de Audi como la carrocería de aluminio con un peso de 1.570 kilos, todas las ayudas electrónicas imaginables o el impactante motor V10.
Porque todo se centra en la versión V10 Plus que es la más exclusiva de la gama. El coche cuesta poco más de 200.000 euros y puede llevar hasta los efectivos frenos de disco cerámicos que es toda una garantía de eficacia. Por supuesto tracción Quattro, amortiguación adaptativa y exteriormente destaca el difusor trasero, el doble escape trasero y unas preciosas llantas que montan los enormes neumáticos Pirelli P Zero de dibujo asimétrico.
El instructor comenta ahora las normas en el circuito. Van a ser tres grupos de cuatro coches y siempre primero un monitor. Todos los Audi llevan walkie para oír las instrucciones del coche que va delante. El circuito se divide en tres sectores que se van reconociendo poco a poco. Llega la hora de subirse al R8 y si el coche en si ya es espectacular lo es aún más con la luna transparente que deja ver el motor V10.
Límite en 8.700 revoluciones por minuto
Colocación, postura al volante, espejos en su sitio y cinturón, poco más. Me interesa poco si lleva asientos en las plazas traseras o un equipo de sonido Bang & Olufsen (que sí me fijo al subir al RS6). Me impresiona más el cuentarrevoluciones con el límite en 8.700 rpm. Ya hemos sido avisados, este coche tiene tanto empuje que no es necesario apurar al límite; y si lo hacemos la electrónica se encarga de que no se pase de vueltas y el motor deja de ofrecer todo el rendimiento.
Como en otros cursos de conducción, unos socorridos conos nos muestran dónde debemos girar y pasar lo más cerca posible en los tres sitios importantes del viraje. “Es importante frenar fuerte antes de comenzar a girar, hacerlo de más a menos”, nos lo repiten continuamente. Otra de las frases repetitivas es “mirar largo hasta el final de la curva”, algo que el conductor normal ni se plantea y que sí conoce bien el motorista experimentado.
La conducción del Audi R8 es simplemente impresionante. Con el cambio S tronic y accionando las levas en el volante, basta mantener la atención en la pista; solo pequeños toques con los dedos, girar el volante, acelerador y freno y si se quiere en automático, pues también. La aceleración es un “escándalo”. Haciendo caso a los instructores, no llegamos a apurar las 8.000 vueltas y el R8 se come literalmente el terreno. Esos 3,5 segundos para pasar de cero a cien sin duda van a sorprender, y mucho, al menos avezado.
Si es sorprendente la capacidad de aceleración o el empuje del motor en cualquier marcha, los frenos cerámicos son eficaces al máximo. También seguimos los consejos del monitor de frenar fuertes antes de iniciar la curva y en ningún momento se pudo apreciar una en parte lógica pérdida de eficacia. Incluso en los giros finales de cada ejercicio, que son para refrigerar, y al llegar a la zona de boxes no apreciamos el olor característico de que el elemento de fricción se está desgastando.
Siempre rodando a un ritmo alto pero sin necesidad de ir al límite, la última parte del curso se realiza dando vueltas completas al circuito. La seguridad es clave y nos obligan a utilizar casco. Una vez más, idénticas recomendaciones que al principio y a disfrutar aún más. El instructor te ayuda a negociar las curvas cuando ruedas justo detrás de él. “Tienes que frenar más fuerte antes, te das cuenta cómo se te ha ido un poco de delante al iniciar el viraje”, son frases habituales que demuestran la profesionalidad y que en todo momento están pendientes de que mejores tu forma de conducir.
Las curvas se acaban y la tensión va volviendo a los niveles normales. La expresión de tecnología de Audi en el R8 V10 Plus es lo máximo del fabricante y lo brinda para que cualquier conductor pueda conocerlo de primera mano.