Son los tres nombres que sonarán en Moto3 durante todo el campeonato y ya han empezado a dar que hablar en Doha. Se trata de los españoles Luis Salom, Álex Rins y el alemán Jonas Folger, jóvenes con ambición a los que el sueño de la Moto GP pasa por darse a conocer en el octavo de litro. Pero en mitad de esta guerra pequeña se coló Maverick Viñales, un protagonista inesperado, no por su calidad, sino por las dudas ante los problemas físicos sufridos.
La primera batalla de cara a este domingo fue la clasificación del sábado. El primer victorioso fue Salom, aunque sacó menos de medio segundo a sus rivales directos. El germano acabaría cuarto después de estar liderando en toda la tanda, sin que nadie pareciera poder arrebatarle ese cetro de honor. Sin embargo, a falta de cinco minutos el mallorquín comandó la pole en una dura pugna con Viñales al que le faltaron unas décimas en el tercer parcial para alzarse con un pequeño triunfo. Hubiese sido un paso hacia delante para recuperar su confianza. En Catar aún no se había visto a ese corredor atento y aguerrido que deslumbró. Su equipo lo negaba, pero lo cierto es que le afecta esa amputación de la falange del dedo anular derecho. Todo eran dudas en su box hasta que hizo unos últimos minutos espectaculares que le llevaron a ver la carrera de este domingo desde la primera fila. Junto al gerundense estará Rins con un meritorio tercer puesto, que terminó por redondear la jornada clasificatoria para alegría de las KTM.