El dicho 'nadie nace sabiendo' podría tener una excepción: Marc Márquez. El piloto de Cervera sigue empeñado en romper todos los registros de precocidad, y no ha necesitado ningún tipo de aclimatación a MotoGP, y tampoco a Laguna Seca, para conseguir la primera fila y salir en el circuito del 'sacacorchos' con la moral por las nubes. La primera ocasión en la que pisa el trazado californiano ha servido para que el líder del Mundial mande un claro mensaje a los maltrechos Lorenzo y Pedrosa: no va a ser nada fácil apartarlo de la lucha por el título. Márquez se contuvo el viernes, al menos al principio, pero el sábado se desmelenó. Es su estado favorito. Sin ataduras, mordiendo, demostrando que es un caníbal en cuanto se sube en su montura. En su primer año en Moto2 cometieron el error de decirle que fuera con cuidado, poco a poco. No supo verse en tráfico, con ritmos más lentos que el suyo, y arrancó el campeonato con cuatro 'ceros' que acabaron por entregarle en bandeja el título a Stefan Bradl. En el segundo, ya con experiencia y sin el freno de mano echado fue campeón, algo que amenaza con repetir como 'rookie' con las 1.000 cc. Su entorno aprendió la lección. No se puede enjaular a una bestia, y le han dejado ir al límite desde los primeros compases de Qatar y hasta ayer en Monterrey. Su voraz apetito llega a límites nunca vistos. Tanto, que se fue al suelo a falta de tres minutos para el final de la sesión y cuando volvía a rodar con casco rojo. No se conforma con nada, ni ganando. Ahí está una de sus grandes virtudes, pero también el 'debe' al que se agarran sus enemigos. Fue al límite, rozando la temeridad, y le sirvió para salir desde la primera línea, pero no para la 'pole'. Quien se la arrebató fue Stefan Bradl, sorprendente, y quien les acompañará en primera fila es Álvaro Bautista, dos hombres que no cuentan para el campeonato pero que buscan su momento de gloria.
Más atrás estarán los 'gallos'. Y es que el ecuador del Mundial no está siendo nada cómodo para Jorge y Dani. El primero evidenció que se encuentra incluso menos cómodo que en Sachsenring y Assen, con más molestias, y el segundo tuvo que recurrir a conservar sus fuerzas y centrarse en las sesiones. Las características del trazado tampoco ayudan. Muchas curvas a izquierdas, frío por la mañana que se va transformando en calor con el paso de los minutos y baches, muchos baches. Pese a todo, el actual campeón logró meterse en la segunda línea, acompañado de otros seis diapasones, los de las Yamaha de Rossi, cuarto, y Crutchlow, quinto. El inglés estaba llamado para estar más adelante, pero una fea caída en los últimos libres condicionó sobremanera su calificación, obligándole a salir molesto y con la segunda moto.
'Invitado especial'
La Q1 tuvo un 'invitado especial', Pedrosa. Su ausencia en los terceros libres le obligó a correr contra rivales inesperados para ganarse el acceso a la Q2. La mañana había amanecido desapacible y con una densa capa de niebla, dejando el asfalto frío y peligroso. Desde el box de Repsol prefirieron emplear una vez más la táctica conservadora y Dani se ausentó de la tercera sesión de libres, aunque mostró su potencial en la cuarta, ya sin cronometraje oficial, pero en la que marcó un ritmo superior al de Lorenzo y el de Rossi. La hoja de ruta fue prudente respecto a una posible caída, pero ni mucho menos propició menos estrés a su dañada clavícula, ya que tuvo la necesidad de rodar tensionado y con la obligación de marcar un tiempo rápido para calificar con el resto de favoritos. Lo hizo, y este domingo saldrá desde la séptima posición, infiltrado para evitar los dolores que le aquejaron a lo largo de toda la sesión. Junto a él se metió Randy de Puniet, que fue el más listo y quien pudo ponerse a rueda del '26' para marcar sus mejores registros. El galo se aprovechó de que, una vez más, Aleix Espargaró no necesitó de la repesca para meterse entre los mejores de la categoría, pero acabó por los suelos en los minutos finales. Igual que Márquez, que desde la segunda plaza sigue mordiendo y amenaza con otra victoria en MotoGP.