La historia la escriben los vencedores, y como tal quedará en el recuerdo la gesta titánica de Marc Márquez, que marcha lanzado a por el Mundial de MotoGP en su año de debut después de su victoria en Motorland. Sin embargo, en la letra pequeña, quedará para siempre la acción de Alcañiz y el amargo lamento de Dani Pedrosa, que voló por los aires después de que su impetuoso compañero le tocase en una frenada, dañando el sensor del control de tracción de la Honda. Era la chispa que faltaba para una guerra civil en la casa de Nakamoto. Los pellizcos ahora son bofetadas, y el fogueo ha sido sustituido por armas de gran calibre.
Pedrosa, el día de su cumpleaños, en el momento en el que parecía dispuesto a dar un golpe en la mesa, quedó eliminado de la lucha por el campeonato por un error de su colega de garaje. Y estalló. «Jorge (Lorenzo) y yo también sabemos ir pasados de vueltas. No todo vale. Marc siempre va muy al límite cuando tiene pilotos delante. Los que tenemos experiencia intentamos calmar a los que no la tienen. Dirección de carrera hace la vista gorda». Frases de un deportista que en su día también se equivocó, como cuando tiró a Hayden en la lucha del americano con Rossi por el Mundial de 2006. Siete años después su voz suena tan experimentada como abatida. De nuevo éste tampoco será su año, uno más del eterno aspirante, pero de sus amargas palabras emerge un mensaje de alerta, probablemente la mayor de las enseñanzas, las que ahora lideran él y Lorenzo, las que claman prudencia por haber visto y padecido desgracias en sus propias carnes por culpa de comportamientos excesivos en un deporte de riesgo.
Tampoco conviene olvidar que son ellos, otrora enemigos irreconciliables, los principales perjudicados, deportiva y extradeportivamente, por el terremoto que ha supuesto la llegada de un caníbal a la categoría reina, la nueva mina de oro del motociclismo. Y es que Marc Márquez no hace prisioneros. Motorland era el primero de cuatro circuitos consecutivos favorables a la potencia de la Honda, y el de Cervera se plantó en Alcañiz con el objetivo de no dejar pasar la oportunidad. Ni siquiera la salida prodigiosa de Lorenzo, una más, tuvo efecto tranquilizante en el ‘93’. Él y Pedrosa se quedaron a poco más de un segundo de Jorge, y cuando Dani dio el paso de adelantar a Marc, éste no tuvo ningún problema en seguir su rueda y neutralizar la ventaja inicial de la Yamaha.
En la vuelta seis ocurrió el desastre. Involuntariamente, Márquez acababa de suprimir de la ecuación a su compañero. La acción, de forma aislada, no deja de ser un lance, pero contextualizada encontramos muchas veces al mismo piloto en el mismo lugar de las polémicas. Dirección de carrera se reunió, pero no tomará una decisión al respecto hasta tener en su poder el informe técnico. Sea como fuere, el daño estaba hecho y no se podía rebobinar para arreglar la situación, así que Márquez se centró en culminar el trabajo, que no era otro que dar caza a Lorenzo. El mallorquín vio en las pizarras que se acercaba la tormenta, e hizo lo que no acostumbra, mirar de reojo para ver cuánto iba a tardar en llegarle un hachazo inevitable. Fue poco, y hasta indoloro. Márquez pasó sin oposición y se marchó a por 25 puntos de oro. Tras él un resignado Lorenzo volvía a sumar un segundo puesto y continúa por la única senda que conoce, la del trabajo y la de obligar a sus rivales a dar el cien por cien hasta la última bandera de cuadros si quieren arrebatarle su corona.
Tras ellos, quedaba la lucha por el tercer lugar del cajón. Allí, Álvaro Bautista buscaba cerrar un fin de semana perfecto para el motociclismo español, con nueve podios de nueve posibles. Sin embargo, de nuevo Valentino Rossi volvió a entrometerse en su camino. En lucha con las Honda satélite y muy lejos de donde debería estar, tratando de arrebatarle puntos a las HRC, ‘Il Dottore’ sigue decorando a base de retales un Mundial que, tras los dos de Ducati, puede suponerle de una vez por todas dejar de contar con él para nada que no sea colarse en los puestos de honor bajo circunstancias excepcionales. Es un mito, una leyenda, pero ya no está al nivel de los que pelean por campeonatos, de un Márquez que aventaja en 39 puntos a Lorenzo y en 59 a Pedrosa. A falta de Malasia, Australia, Japón y Valencia, son números que se antojan completamente insalvables para Dani y difícilmente abordables por Jorge a los lomos de la M1. Cuatro citas, tres con claro favoritismo ‘alado’ y una traca final en Valencia a la que sería milagroso llegar con el campeonato en juego.