![Joan Garriga no supo vivir sin velocidad](/RC/201304/17/Media/GF00QZS1--647x300.jpg)
El embrión de los grandes duelos contemporáneos del motociclismo español seguramente tenga su origen en la lucha que Joan Garriga y Sito Pons protagonizaron a finales de los 80’ por el título mundial de 250 Cc. Fue en 1988 cuando el rebelde e impetuoso Garriga desafió al comedido y tranquilo Pons, a la vida y a su propia suerte; para acabar superado y sepultado por su ansia y dependencia de la velocidad.
El fulgurante despegue de Joan Garriga, oportunamente apodado como ‘Boeing 747′, llegó a medidos de la década del despertar del motociclismo patrio; cuando con apenas 20 años se elevó como uno de los pilotos más polivalentes y atrevidos de la parrilla nacional. Un desborde de entrega y pasión con su Yamaha YZR; su descaro y osadía en el asfalto y fuera de él hicieron que la sencillez de este barcelonés desgarbado de cabello rizado se ganara el afecto y la admiración de un mundo que, ajeno a lo que estaba por venir, disfrutaba de sus éxitos en categoría nacional y de su inminente salto al Mundial.
Después de años de crecimiento constante, su cénit, trágico a la postre, se hallaría en 1988. Fue en esa temporada cuando mantuvo un duelo permanente con Sito Pons por el título de 250 Cc. Igualado a la par que espectacular, el empuje de Garriga se contrarrestaba con el temple de un Pons que, casi siempre un punto por encima, acabó como campeón de dicha cilindrada, empujando inconscientemente a Joan a un declive personal que desembocó en una adicción a la cocaína y en su adiós definitivo de la motos.