Las malas noticias comenzaron a primera hora del viernes, cuando los mandamases del Gran Premio de Japón decidieron cancelar la ‘FP1’ de Moto3 porque la niebla espesa que se localizó sobre la pista impidió ver más allá de unos metros a los pilotos, por lo que corría peligro la seguridad de estos. Se decidió retrasar con la esperanza de que todo fuera a mejor con el paso de los minutos, pero no ocurrió tal cosa. Mientras iba avanzando la sesión matinal las condiciones meteorológicas fueron a peor y la dirección de carrera, en una decisión unánime, prefirió suspender el resto de las sesiones programadas para la tarde en todas las categorías.
Empero, el verdadero motivo de la anulación fue que el helicóptero de emergencias encargado de evacuar a los profesionales en caso de necesidad no podía volar desde el hospital donde se encontraba, en la ciudad de Utsunomiya, cercana a Tokio, para desplazarse a Motegi. Esto suponía un auténtico peligro para los corredores en el caso de que se produjeran accidentes y heridos.
También hubo una reunión con los jefes de equipo de las diversas escuderías presentes en la pista nipona para analizar qué iba a suceder con la carrera el fin de semana debido a que los informes de los expertos no auguraban nada positivo sobre el tiempo. En dicha tertulia los responsables del Mundial dijeron a los directores que las previsiones para este sábado eran incluso peores, ya que se incluían abundantes lluvias torrenciales que evitarían cualquier posibilidad de rodar. Tras una media hora de charla se constituyó un plan doble sobre la base de que todo el Gran Premio de Japón se correría en un día, el domingo, en el caso de que las condiciones mejoraran. De esta forma los pilotos harían el mismo domingo un entreno libre por categoría, una clasificación y después se iniciarían las carreras oficiales sobre las 00.45, hora española.
La otra opción que se baraja es la de hacer todos los entrenamientos libres, con sus correspondientes clasificaciones, de manera consecutiva y después comenzar a las 23.10 (en España) la competición oficial. Lo que sí se dejó claro es que no contemplan correr el lunes y que prefieren suspender definitivamente la carrera en el caso de que los planes para el fin de semana no se puedan llevar a buen puerto.
Uno de los más perjudicados por esta decisión fue Jorge Lorenzo, máximo aspirante a arrebatarle a Marc Márquez el título mundial. Una anulación del gran premio le supondría una merma casi insalvable de sus opciones de victoria. «Si la carrera se realiza y tenemos una buena posición en la parrilla de salida, creo que nos puede beneficiar que no haya habido entrenamientos. Al menos así ha sido en el pasado», aseguró confiado de su buen hacer dentro de la anarquía que siempre se da en este tipo de casos. Aun así, se mostró contrariado: «Mis posibilidades disminuirían si se cancela».
