![Márquez engrandece su leyenda](/RC/201210/14/Media/M1-1810688040--647x231.JPG)
Márquez, feliz en el podio de Motegi tras ganar la carrera de Moto2. / Ap
Emilio Alzamora no gana para sustos. Es el manager y padre deportivo de Marc Márquez, lo que le conlleva no pocas satisfacciones. Pero en el diccionario del genio de Cervera no existe la palabra prudencia, y, algunas veces por su atrevimiento, otras por cuestiones de azar, se ve a menudo implicado en situaciones delicadas. Marc tiene la habilidad - y también la de pizca de suerte que acompaña a los que, como él, están tocados por una varita mágica – de salir airoso de casi todas, y convertirlas en grandes gestas. Él parece incluso disfrutar en este tipo de situaciones límite, en las que se crece, pero pone al borde de la taquicardia, claro, a toda su gente, empezando por su mentor.
Marc tiene una ventaja considerable en la general desde hace semanas, pero siempre corre al filo del abismo: el año pasado perdió el título de Moto2 tras lesionarse, y estuvo a punto de sufrir fuertes caídas en los entrenamientos de las dos últimas carreras, en Misano y Motorland. También en Motegi tuvo sustos en las prácticas, pero lo que dejó absolutamente pálido, y con las manos en la cabeza, a Emilio Alzamora fue la salida de la carrera. “He cometido un error de principiante – contó luego Marc – no he comprobado que la primera hubiera entrado bien antes de que se apagara el semáforo, y cuando he querido dar gas la moto estaba en punto muerto”. “Menos mal que nadie me ha dado por detrás”, añadió entre risas. Él se lo tomó con humor, pero quedarse clavado en la salida cuando estás en la primera fila de la parrilla es una situación peligrosísima, como entendió en seguida Emilio desde el muro. No le embistió nadie, pero le pasaron casi todos, y Márquez empezó la carrera en 27ª posición, mientras Redding tomaba la delantera con Espargaró, Rabat, Kallio y Elías a su estela.
Marc se lanzó a una remontada frenética desde la primera curva, y pasó por meta ¡noveno! al final de la primera vuelta. Séptimo en la segunda, sexto en la tercera, quinto en la cuarta, y tercero en la sexta, ya a rueda de su rival y perseguidor en la lucha por el título, Pol Espargaró. Le adelantó en la séptima vuelta, aprovechando que Pol cometía un error y salvaba la caída de milagro, y se fue a por Tito Rabat, que lideraba escapado. No tardó en darle caza, y se puso primero en el décimo giro, con más de media carrera por delante. Parecía que Alzamora, en el muro, ya podría empezar a sosegarse… pero entonces Pol Espargaró, que rodaba descolgado a más de un segundo, hizo de tripas corazón para poner emoción a la carrera, y al campeonato. El de Granollers estuvo soberbio, alcanzó a Márquez y le presionó hasta el límite, jugándose la caída en más de una ocasión, pero no pudo adelantar al de Cervera, que culminó su enésima proeza con la octava victoria de la temporada. Y ahora sí, Emilio Alzamora pudo respirar tranquilo.
Tres españoles en el podio
El tercer escalón del podio fue para Tito Rabat, que se lo dedicó, emocionado, a su madre, fallecida hace unos meses. También brillaron Toni Elías, que luchó por posiciones de podio en su primera carrera con la Kalex del equipo Italtrans aunque acabó cayéndose; y Áxel Pons, que hizo la mejor carrera de su vida, terminó octavo y completó la fiesta del equipo que dirige su padre. Pero el gran triunfador fue, claro, Marc Márquez, que ya acaricia su título de Moto2: tiene 53 puntos de ventaja, y será matemáticamente campeón el próximo domingo en Sepang terminando por delante de Pol, o justo detrás de él siempre que Espargaró no gane la carrera o termine segundo.