Es un valor en alza. Los rivales le respetan. Pelea como si fuera el campeón, con una determinación que tienen los británicos en todo lo que hacen. Es arriesgado y sabe llegar a su límite. Su constancia en mantener un ritmo agresivo gusta en Yamaha. El año pasado se convirtió en el Mejor Debutante del año en MotoGP. Es el clásico piloto británico que lo da todo y no se arredra. Nadie le ha regalado nada en su trayectoria hasta llegar aquí. Gran Bretaña fue, en los años 50 y 60, la cuna del motociclismo, pero desde los años 90 es muy difícil triunfar en ese país a lomos de una moto. España e Italia han adquirido la infraestructura y han creado los equipos que otrora reinaron en la Albion. Cal Crutchlow ha conseguido alcanzar la meta de MotoGP después de un largo y curvo camino, como cantaron los Vétales. Tomó la decisión más difícil de su vida: elegir entre el fútbol o las dos ruedas. Era un portento de la naturaleza. Podía elegir deporte.
Su duda duró cuatro años. Entre los 13 y los 17 años compartió las motos con su militancia en las categorías inferiores del Aston Villa. Jugaba de delantero y tenía futuro. Cal se sentía identificado con Michael Owen, el punta que no cuajó en el Real Madrid, pero que destacó por ser un obrero del gol. Se peleaba, como él, con los defensas.
Aquella lucha semanal con el Aston Villa significaba que corría tocado sobre las motos. Y viceversa. Sus caídas en el asfalto dañaban su cuerpo para el fútbol. Un perjuicio doble que no le impidió triunfar en el motociclismo. Fue campeón de la Júnior Challenge británica en 1999, con 14 años. Y no dejaba de brillar con el balón. Recuerda con ensueño cuando se enfrentó, a los 16 años, a Wayne Rooney, que entonces militaba en el Everton júnior. Crutchlow marcó dos goles para el Aston Villa y el duro Wayne consiguió otros dos para el Everton. El encuentro se decantó finalmente para el conjunto de Rooney por 2-3. El piloto rememora que el actual goleador del Manchester United, pretendido por el Real Madrid, ya era un tanque repleto de fuerza que discutía con los árbitros con la misma intensidad que ahora.
A los 17, llegó la hora de la verdad para Cal: fútbol o motociclismo. Era el momento de dirigir una trayectoria profesional. Aunque algunos de sus compañeros llegaron al primer equipo del Aston Villa, aunque él reunía virtudes para jugar en la Premier, el superdotado de Coventry eligió las motos por una razón suprema: se divertía más.
Consolidó así un abrupto camino hasta alcanzar ahora la máxima meta: MotoGP. A los 18 años (2004) debutó en el Campeonato Británico de Supersport. Décimo, dos años más tarde se proclamó campeón. Saltó al Mundial de la especialidad. Y tuvo el acierto de aliarse con el actual jefe de equipo de Jorge Lorenzo en Yamaha: el holandés Wilco Zeelenberg. conquistó el Campeonato de Supersport en 2009. Un éxito que le abrió las puertas del Mundial de Superbikes en 2010.
Fue quinto. Se ganó un sitio para ascender a MotoGP. Yamaha vio un piloto con posibilidades. Le fichó para el grupo satélite, el Yamaha Tech3. Ahora aborda su segunda temporada con el equipo satélite. Lo está haciendo bien. Tiene garra, fuerza, decisión. Entra en las curvas al máximo. En agua funciona como nadie. Es un piloto en ascenso. Su meta es entrar en el primer equipo de Yamaha, con Lorenzo..
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