Marc Márquez, en el GP de San Marino./Gabriel Bouys (AFP)
Se agotan los adjetivos para describir las gestas de Marc Márquez en el Mundial de Moto2. Sus números son elocuentes, siete victorias y otras tantas 'poles' en 2012, y doble 'hat trick' de triunfos. Lleva tres años seguidos ganando el Gran Premio de San Marino, y también suma tres triunfos consecutivos (Indianápolis, Brno y Misano). Pero las estadísticas, magníficas, no bastan para describir las proezas de Márquez, porque su manera de conseguirlos es aún mejor que sus resultados. Luce una hormiga en el casco como mascota «porque es el animal más fuerte de la tierra», pero, aunque la de Cervera es tierra árida, debería pensar en cambiarla por un tiburón. Porque, cuando huele sangre, su ataque es implacable.
La carrera constó de dos mangas, porque a Gino Rea se le rompió el motor en la cuarta vuelta, dejó aceite en la pista y hubo que sacar bandera roja. Parrilla nueva, con el orden de clasificación del tercer paso por meta, y 14 vueltas por delante, con Iannone al frente de la parrilla secundado por Márquez y Espargaró. Igual que en la primera manga, el italiano salió como una exhalación y abrió brecha enseguida, mientras por detrás un batallador Tito Rabat ponía en aprietos a Marc y Pol. Los dos primeros de la general tardaron cinco vueltas en poner a raya a Rabat, y luego rodaron juntos, con Márquez siempre a rueda de Espargaró, hasta alcanzar a Iannone a cinco vueltas para el final. Se merendaron al italiano en un santiamén, y se jugaron la victoria en una batalla sin cuartel en la última vuelta, magnífica, con cinco adelantamientos al límite. Y, como casi siempre, ganó Márquez, más contundente que Espargaró en sus movimientos.
Medio título en el bolsillo
«Una vez más, se ha pasado de agresivo», lamentó el segundo clasificado, que no estaba satisfecho con su octavo podio del curso. «Ha sido una gran carrera y una lucha muy bonita para el espectador, pero yo quiero ganar», afirmaba Pol. «Yo en la última vuelta no dejo pasar a nadie», replicó Marc, que tuvo el bonito gesto de dedicar el triunfo a Marco Simoncelli y Shoya Tomizawa. Ahora, la ventaja de Márquez sobre Espargaró en la general es de 52 puntos, cuando quedan 175 por disputar. El pupilo de Emilio Alzamora no quiere cantar victoria, pero su título ya es solo cuestión de tiempo y caerá, tarde o temprano, como fruta madura si no sufre un contratiempo mayúsculo en forma de lesión. «Yo seguiré intentado ganar carreras», afirma él, insaciable.
A Iannone le quedó el consuelo de subir al podio ante sus fans, Rabat terminó quinto, y también entraron en los puntos Julián Simón (12º) y Nico Terol (15º).