Ni las criaturas de James Cameron, ni la Alicia de Tim Burton, ni las producciones del animación del defensor de las tres dimensiones al frente de Dreamworks Jeffrey Katzenberg, 'Gravity' es lo que el 3D veía necesitando más allá de experimentos ejemplares pero minoritarios, como el de 'Pina' de Wim Wenders. El mexicano afincado en Londres, Alfonso Cuarón, que ha llevado a cabo en su carrera una exploración de una ciencia ficción poco convencional, ha dado en la diana con su fatídico paseo espacial, donde dos astronautas (Sandra Bullock y George Clooney) quedan por un accidente flotando a la deriva en la órbita de La Tierra. Lo cierto es que estamos frente a la cinta que comanda los premios de la Academia de Hollywood, con diez nominaciones, número que comparte con la otra favorita 'La gran estafa americana' de David O. Russell, y que compite también a corta distancia con la que podría ser la cinta bomba de esta edición: '12 años de esclavitud', con nueve candidaturas.
En los recientes premios Bafta, de la Academia británica, el enfrentamiento entre 'Gravity' y '12 años de esclavitud' se hizo evidente. Si la cinta de Cuarón se llevó los premios a mejor dirección y mejor película británica, fue la película de Steve McQueen sobre el secuestro de un hombre negro libre que es confinado a 12 años de esclavitud en el sur de EE UU, la que se llevó el gato al agua: el Bafta a la mejor película.
De cualquier forma, 'Gravity' cumple con la cuota de validación tecnológica de las tres dimensiones que Hollywood suele cubrir en sus premios anuales. No en balde la industria americana necesita certificar que la tecnología 3D sigue viva y es de 'calidad Oscar', más aun cuando los altos precios de la entrada de los films en tres dimensiones jalean los números de la taquilla año a año: 2013 marcó un record histórico en la taquilla americana, con 8,06 billones de euros, y 'Gravity' fue uno de los títulos con más recorrido comercial, haciendo un total de 500 millones de euros en su facturación mundial.
Pocas dudas caben de que será la cinta que arrase en los premios técnicos, ante los que no tiene una clara contrincante. La mejor dirección es también uno de los galardones que podrían ir a parar a manos de Alfonso Cuarón por la odisea de haber realizado una película de guión e interpretaciones impecables y haber llevado al 3D a un paso más allá: a una creíble y fascinante órbita de La Tierra. Ojo también, al Oscar a mejor actriz para Sandra Bullock, si Cate Blanchett ('Blue Jasmine') se lo permite, que de esta guisa podría sacarse de encima el San Benito de ser una de las ganadoras tradicionales de los Razzie, los antiOscar a la peor interpretación.