A punto de cumplir 40 años, Amy Adams puede mirar atrás y sentirse satisfecha por una carrera sólida, que le ha granjeado el respeto de la industria, y que ha sabido construir de forma discreta, siempre en línea ascendente; tal vez con un perfil bajo, sin hacer demasiado ruido, pero con enorme inteligencia y olfato para los buenos proyectos.
Aunque su papel en 'Atrápame si puedes', de Steven Spielberg, no le abrió las puertas que esperaba, acertó con la cinta indie 'Junebug', que le otorgó su primera candidatura al Oscar, y supo apostar al mismo tiempo por la veta más comercial de 'Encantada', caballo ganador en el box office que acabó de sacar su nombre del anonimato.
Tras participar en 'La guerra de Charlie Wilson', a partir de 2008 se produce su explosión e inicia un camino imparable hasta alcanzar su estatus actual. Con papeles muy diferentes que reflejan su versatilidad: desde la joven en medio de un 'terremoto' en una congregación religiosa de 'La duda' a la 'chica de al lado', novia de boxeador en 'The Fighter', para llegar finalmente a 'The Master', donde encarnaba a la inquietante esposa del predicador y charlatán interpretado por el malogrado Philip Seymour Hoffman. Tal vez el mejor papel de Adams hasta la fecha. Tres roles que le granjearon otras tres candidaturas al Oscar.
Con 'La gran estafa americana', de nuevo bajo la batuta de David O. Russell, la actriz nacida en la ciudad italiana de Vicenza ha alcanzado el repóquer de nominaciones. Justo reconocimiento a su papel de encantadora estafadora, dueña de un vestuario con escotes de vértigo, que forma un tándem perfecto con Christian Bale.
Mientras las opciones de Oscar se han ido acumulando, Adams ha sabido elegir otro de esos proyectos llamados a arrasar en la taquilla, convirtiéndose en Lois Lane en 'El hombre de acero' y las subsiguientes secuelas de la franquicia. Proyectos de prestigio combinados con cine comercial de calidad.
El cóctel perfecto para una mujer de pequeña estatura y aspecto frágil, pero que sabe perfectamente lo que quiere. Sin haber cumplido los 40, su currículum es la envidia de medio Hollywood. Sin copar portadas de revistas, su caso es el mejor ejemplo de que talento y trabajo acaban dando los frutos merecidos.