Siempre estuvo convencido de que esa película iba a funcionar, aunque la realidad superó las mejores expectativas. Que ‘Resacón en Las Vegas’ se convirtiera hace cuatro años en la tercera película para mayores de 18 años -categoría todavía vigente en Estados Unidos- con mayor recaudación de la historia era algo que el hasta entonces desconocido Bradley Cooper, (Filadelfia, 1975) no podía imaginar. La locura de una noche de juerga para despedir la soltería de su mejor amigo le reportó a Cooper fama mundial, un aumento espectacular de sus emolumentos y la confirmación de que había dado con la tecla al tomar la decisión de hacerse actor. Una idea que a sus padres no le gustaban. Pero él estaba convencido. Y eso que Cooper, un actor extremadamente celoso de su intimidad, había optado por otro camino.
Después de graduarse en Filología Inglesa con honores en la Universidad de Georgetown y de pasar una temporada en Francia donde aprendió a la perfección el idioma, Cooper decidió matricularse en Actors Studio de Nueva York para formarse. Comenzó con pequeños papeles en ‘Sexo en Nueva York’ y en ‘The Beat’, pero su trabajo nunca fue relevante. Su primera aparición importante fue en ‘Alias’, la serie de espías protagonizada por Jennifer Garner donde estuvo cinco años. Después encadenó papeles secundarios en productos televisivos como ‘Kitchen Confidential’ que no acabaron en buen puerto. Pero en esa época, el actor de Filadelfia dio el salto más importante, el que dio un giro de 180 grados a su vida: dejó el alcohol. “Destrocé mi vida cuando bebía y no tenía éxito”, ha confesado en numerosas ocasiones.
Un Cooper sobrio comenzó a aparecer en más trabajos (‘Di que sí’, ‘New York, I love you’, ‘Qué les pasa a los hombres’, ‘Historias de San Valentín’) hasta que llegó la juerga en la ciudad del pecado. El resultado no pudo ser mejor para todos. Cooper se hizo reconocible, con declaración de hombre más sexy del mundo incluida. El estudio, que invirtió 35 millones de dólares, ganó ¡467 millones! Y la carrera del intérprete se lanzó. Al primer resacón le han sucedido dos fiestas más, una en Bangkok que se estrenó hace dos años y la tercera llegará este año. Pero, además, Cooper encarnó a ‘Fénix’ Peck en la versión cinematográfica de la mítica serie ‘El equipo A’ y ha protagonizado películas donde se juega con la personalidad, al igual que en ‘El lado bueno de las cosas’ que le ha valido la candidatura al Oscar como mejor actor protagonista. Un premio que está convencido de que se lo llevará su idolatrado Daniel Day-Lewis.
Cooper ha encadenado varias películas donde sus personajes no muestran cómo son. En ‘Sin límites’, era un hombre sin fortuna que gracias a una pastilla era capaz de hacer de todo; y en ‘El ladrón de palabras’ se metió en la piel de un escritor de éxito que escondía un secreto. Y ahora, su papel más alocado, el de un hombre bipolar al que le recomiendan que vuelva a casa de sus padres para recuperarse le ha valido su primera candidatura a los Oscar, trabajar de nuevo con Robert De Niro tras ‘Sin límites’, una de sus fuentes de admiración, y aprender a bailar. Asegura que solo vive el presente, que está rodeado de gente “que me dice la verdad” y que le gustaría dirigir solo cuando encuentre algo que quiera expresar.
