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La imagen más espectacular de los sanfermines de este 2013 la protagonizó ayer poco después de las ocho de la mañana Diego Miralles, un joven morellense de 31 años. El sexto encierro, con reses de la ganadería del Pilar (Salamanca), se vio desde el principio que iba a ser peligroso porque una de ellas se iba descolgando conforme avanzaban hacia la plaza. La manada salió con todos los cabestros agrupados a la cabeza y seguida de los seis toros, aunque el fuerte ritmo marcado provocó que 'Langostero' se quedara rezagado al pasar por el ayuntamiento. Entonces fue cuando empezó el peligro, que acabó con tres corneados.
El astado no perdía ojo a lo que sucedía a su alrededor, iba con la cabeza alta, pendiente de quien tenía a los lados. Giró sin problemas la curva cerrada de Estafeta y allí esperaba Diego para hacer su carrera junto con otro mozo. En ese instante, 'Langostero' hizo una de sus varias arrancadas y se los llevó por delante. Cuando el corredor valenciano intentó levantarse tuvo la poca fortuna de tropezar, y fue entonces cuando el del Pilar se cebó.
Durante más de medio minuto estuvo Diego entre las astas del morlaco y recibió tres cornadas: una en la ingle derecha de seis centímetros con un trayecto inferior y medial; otra en la rodilla de la misma pierna en la cara posteromedial de cinco centímetros con un trayecto superior y anterior; y otra en el muslo izquierdo de cinco centímetros con una trayectoria transversal.
La situación aún podría haber sido peor teniendo en cuenta que el toro no dejaba en paz al morellense, pero entonces apareció otro valenciano, el ondense Jesús Alcorcón -lleva 14 años yendo a los sanfermines-, que no lo dudó un instante y cogió a 'Langostero' del rabo para que Diego pudiese escapar (hubo un momento en el que incluso tuvo ayuda de otro corredor).
LAS PROVINCIAS se puso en contacto con el héroe inesperado para que diera su versión. «Yo iba con la manada, pero hubo un momento que no fui capaz de seguirles el ritmo. Entonces llegó el toro rezagado; cuando me di cuenta estaba el mozo entre sus piernas y lo primero que se me ocurrió fue cogerlo del rabo», explicó.
En ese momento de tensión, Jesús no sabía que a quien estaba tratando de salvar la vida era un conocido suyo. Fue a posteriori cuando le dijeron de quién se trataba. «No somos amigos, lo conozco de vista», indicó, pero «tenemos compañeros en común. Los dos somos recortadores y vamos a las plazas de los pueblos», reseñó.
Rápido al quirófano
Los mozos expertos, cuando sufren una cogida como la de Diego Miralles, hacen como él para tratar que el toro les haga menor daño posible: agarrarse a sus astas. Para Jesús, «en muchas situaciones de peligro como ésta no todo es cogerse del pitón, pero que vio no tenía más opción y lo hizo». Entre la pericia de uno y la astucia del otro consiguieron que el día de ayer no vistiera de luto a la Comunitat con una muerte en Pamplona, puesto que el de Morella fue operado rápidamente por los servicios de urgencias del Hospital Virgen del Camino y se recuperará pronto del complicado trance vivido en la calle Estafeta.
LAS PROVINCIAS pudo ponerse en contacto también con su familia y amigos, quienes confirmaron que dentro de la gravedad Diego estaba despierto por la tarde e, incluso, que hablaba. Su cuñado aseguró que estaba «consciente y bien, aunque dolorido» y que los médicos le habían dicho que al menos deberá pasar cuatro días más hospitalizado.
Miralles no sólo es rodador en Morella, también tiene una 'colla d'emboladors' con la que había ido a pasar los sanfermines. Su amigo Javi apuntó a este periódico que, además de salir por las plazas castellonenses, llevan desde 1999 yendo a las fiestas pamplonesas y que, si no pasa nada, el año que viene volverán. «Es más, yo me vuelvo a casa, pero algunos compañeros se quedan hasta el último día», indicó.
En cuanto la gravedad de las lesiones Javi explicó que «había visto la cogida» y que «parecía que iba a ser peor», pero que «no tiene ninguna vena, ningún músculo, ni ningún órgano importante afectado», de manera que no tardará en volver a los ruedos, puesto que lo sucedido no lo va a amedrentar. «Estoy convencido de que dentro de dos meses, cuando los médicos se lo permitan, estará rodando toros por los pueblos de Castellón», aseguró. «Esto es como quien tiene un accidente de coche: si al día siguiente no lo coge, es peor para él», concluyó.
Otros dos corneados
Hasta ahora no había heridos por asta de toro en los presentes sanfermines. Sin embargo, ayer hubo dos más a parte de Diego Miralles: Domingo Patrick E., un estadounidense que presenta una herida en el abdomen y un barcelonés de 42 años. Ambos siguen ingresados.
«En dos meses estará delante de un toro»
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