El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, avisó hace más de un mes al Consell de Alberto Fabra de que tenía que acometer una nueva oleada de reformas para poder seguir adelante en el club de la lucha por cumplir el objetivo de déficit. «Tu comunidad debe aplicar de forma urgente medidas de consolidación fiscal», rezaba una de las líneas de la carta que el ministro de Hacienda envió a su homólogo en Valencia, Juan Carlos Moragues. En ella además de exigirle a la Generalitat nuevas reformas (subidas de impuestos para generar más ingresos o nuevos recortes para reducir el gasto), Montoro pedía al Consell que le remitiera «en los próximos días» información sobre las medidas previstas para 2013.
Según fuentes de la Conselleria de Hacienda, todavía no se ha remitido la documentación solicitada por el Ministerio, a pesar de que ha pasado más de un mes desde el requerimiento que ayer desveló este diario. Aún así, las mismas fuentes aseguran que sí se está trabajando en ello, pero encaminando las medidas hacia la reducción del gasto, y no hacia la captación de ingresos.
Por otra parte, fuentes de la Generalitat conocedoras de la operación aseguraron ayer que una subida de impuestos generales no está sobre la mesa, aunque no se descarta tocar algún tributo. «De momento», no se hará, aseguraron las mismas fuentes, que insistieron en que el Consell tiene autonomía para tomar sus propias decisiones. Eso sí, en ese «de momento» hay implícito un reconocimiento de que se están revisando todas las tasas y tributos susceptibles de ser modificados. En el caso de que se tocaran los impuestos, desde el Consell reconocen que la primera opción y más factible pasa por dejar de bonificar el impuesto de sucesiones y donaciones, con el que según el último dato conocido, la Generalitat recauda alrededor de 130 millones al año. Actualmente, está bonificado el 99% del impuesto en los casos de relación familiar de primer grado. La medida en la que trabaja el departamento de Hacienda prevé rebajar ese porcentaje bonificado hasta el 75% de media, de manera que las sucesiones y las donaciones (que desde el pasado 2007 dispone de un notable apartado de exenciones y deducciones que ha llegado a ser prácticamente completa) volverán a tributar bajo determinadas condiciones.
En cualquier caso, dejando a un lado la vía de los ingresos, desde la Generalitat reconocen que ya trabajan en un nuevo plan de optimización de recursos de la administración para recortar aún más el gasto. Pero las recomendaciones de Montoro en la contundente carta que envió al conseller de Hacienda parecen ir un paso más allá. Hacienda pidió al Consell no esperar al próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera, en el que se fijará la cifra definitiva de déficit para 2013. Aunque desde la conselleria aseguraban ayer que hasta que no conozcan ese objetivo, no podrán conocer la magnitud de los ajustes. Algo que no encaja con la petición del ministro, que ha pedido un ajuste extra antes de estudiar el déficit. Es decir, la cifra de la Comunitat estaría condicionada a un estricto plan de ajuste.
De hecho, el objetivo de déficit aprobado en la última reunión del CPFF del pasado junio se fijó en el 1,3%, una cifra que, lejana a la prevista en un momento (0,7%), también resulta inalcanzable para la Generalitat, que parte de un 3,5% este año. El conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, se ha marcado una meta más holgada: un 1,8% como mínimo. Para ello, todavía tendría que recortar más de 350 millones de euros en caso de que se aprobara ese horizonte. Esa cifra, unida a los 1.350 millones de euros que el Consell afirma haber ajustado ya respecto a las cuentas de 2012, permitiría a la administración autonómica ajustarse al techo de déficit pactado. Cada décima será determinante para los futuros ajustes. Si Hacienda no concede un déficit del 1,8% o más, las cuentas del Gobierno valenciano tendrán que reajustarse más o menos en 100 millones por cada décima que el techo de déficit quede por debajo de ese 1,8% esperado.
En cualquier caso, será el CPFF el que apruebe los nuevos datos en su próxima reunión.