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Valencia-Cf

El Consell recela de la actitud de Llorente y confía en que el presidente del club rebaje la tensión que hay tras la llegada de Varona
Bankia pasa a la acción. El banco movió ayer ficha, justo cuando se vivía la resaca por el desplante de Manuel Llorente y el mismo día que se daba por finalizado el plazo para que la Generalitat pudiera presentar un recurso por la sentencia que anulaba el aval concedido por el IVF a la Fundación. Como para el Consell este fallo judicial que echaba por tierra el aval de 2009 era una liberación, decidió no recurrir. Una vez transcurrido el margen legal para ello, Bankia se ha puesto manos a la obra.
La entidad bancaria ha apelado a la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana solicitando la nulidad de la sentencia anterior. Y lo hace argumentando, entre otras cuestiones, que en el dictamen de la juez de lo Contencioso-Administrativo se aprecian «graves infracciones en el ordenamiento jurídico que hacen que deba ser revisada». En su escrito, Bankia va un poco más allá hasta el punto de razonar que se «adolece del más elemental rigor y que el demandante carece de la legitimación activa».
Por eso, solicita que se mantenga el 'paraguas' de la Generalitat con ese aval del IVF y que se dé por tanto validez a todo el escenario que se creó después de que la Fundación pidiera el préstamo de 81 millones para comprar el paquete con la mayoría accionarial del Valencia, cifrada en estos momentos en torno al 70 % del total.
Cada vez se hace más difícil entender lo que está pasando en torno al valencianismo. No obstante, la decisión de Bankia de plantear batalla encajaba dentro de la lógica. De hecho, desde el momento que se supo la nulidad del aval, el banco ya avisó que la vía judicial era uno de los caminos que barajaba. Al fin y al cabo, Bankia está en una situación complicada a nivel interno y se trata de una suma importante de dinero. Pero eso no quita para que Bankia mantenga la actitud que la ha caracterizado hasta este momento. Desde el banco nunca se ha planteado cortar por lo sano. Ni le interesa a Bankia una actitud de fuerza, porque se está jugando el quedarse como propietario de un club de fútbol, ni mucho menos a la Fundación y por añadidura al Valencia y tampoco al Consell. Todos actúan midiendo cada paso que quieren dar y calibrando los efectos colaterales.
La noticia de Bankia circuló de inmediato por todos los protagonistas. Incluido la Generalitat, a la que no le pilló por sorpresa. Lo esperaban, de la misma manera que consideran que Bankia aprieta por un lado pero mantiene abiertos los puentes de diálogo en los dos frentes que tiene: por un lado con la nueva Fundación que preside Federico Varona; y por otro con el Valencia de Manuel Llorente. El primero le debe 85 millones -y en agosto otros 4,8 millones más por los intereses de este año-; y el segundo la nada despreciable cifra de 200 millones de euros.
Considera Bankia, y así lo hace manifestar en el recurso de Apelación, que «debió ser parte legítima del proceso». Hay que recordar que la sentencia pilló desprevenido no sólo al banco sino también al resto de elementos de esta historia, incluido a los integrantes del propio Consell que curiosamente desconocían por completo que se encontraba abierto este litigio.
El banco, ya en un primer momento, lo dijo: se ha sentido «indefenso» y de hecho afirma ahora según el escrito jurídico que se tuvo que enterar «por la prensa». «Ni ha podido hacer alegaciones en el proceso, ni promover los medios de prueba que a su derecho hubieran convenido ni defenderse». Es más, considera el banco, y así se lo hace saber a la Sala, que no hay nexo «exigible entre la posición del recurrente y el objeto del proceso (el otorgamiento del aval)».
Bankia dice también que no se han vulnerado en definitiva el interés de los demandantes en comprar acciones ya que «quienes lo han deseado han concurrido a la ampliación de capital». Hay que recordar que en la primera ronda de la ampliación se vendieron títulos por algo más de 18 millones de euros y cuando se cerró el plazo, la Fundación adquirió todo el paquete sobrante. También trata Bankia de tumbar el argumento de que se vulneraron las normas de la Unión Europea; además de poner la atención en que «no ha habido ninguna ilicitud del ordenamiento interno» por parte del IVF».
Tensión con Llorente
Este nuevo capítulo judicial llega precisamente en un momento en el que la Fundación y el Valencia experimentan una tensión máxima en las primeras horas de la nueva convivencia. La repentina decisión de Llorente de inyectar 14 nuevos patronos (puede haber desde exjugadores a expresidentes como Pedro Cortés) cogió desprevenidos a todos. Y no sólo en la Fundación sino también, incluso, en el Consell.
Desde el consejo se quiere ofrecer la versión de que es «normal y lógico que estemos», porque al fin y al cabo «representamos al Valencia». Pero desde la Fundación y hasta en la Generalitat, la opinión es otra. No ha gustado nada porque se considera que lo único que ha provocado Llorente es desasosiego.
Son posturas contrapuestas que mantienen en alerta al Consell. La Generalitat ha querido desmarcarse de la Fundación y del Valencia pero desde el momento que se supo la reacción de Llorente, se han encendido las alertas. Es más, se espera incluso un cambio de talante por parte de Llorente y sus consejeros, entre los cuales está un Társilo Piles que no es visto con buenos ojos y un García Moreno al que la verborrea le ha perjudicado.
Dos cuestiones se considera que han sentado mal a Llorente. Una: que sea la Fundación la que vaya a fiscalizar su labor. Y dos: escuchar de boca de Federico Varona que no se va a vender el club. Existe la impresión de que Llorente tenía la intención de vender la entidad en su reciente viaje que realizó a Qatar.
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