Los comerciantes del centro histórico recibieron ayer el visto bueno del ayuntamiento para la colocación de cámaras de vigilancia en las calles más comerciales de la ciudad. Los últimos acontecimientos, con el destrozo de 57 escaparates de una veintena de tiendas con pintadas de ácido, han acelerado las gestiones de la entidad, que se reunieron con el concejal de Seguridad Ciudadana, Miquel Domínguez.
«Tanto el ayuntamiento como la asociación tenemos claro que hay que ponerlo en marcha, porque es bueno para la ciudad y para sus ciudadanos; por tanto, vamos a ponernos a trabajar en ello», dijeron fuentes de los comerciantes.
Algunos de los comercios ya disponen de cámaras de seguridad, aunque ahora se trata de ir un paso más allá. La idea es que sea el propio ayuntamiento, a través de la Policía Local, la que gestione el sistema de vigilancia a través de la central de la avenida del Cid.
El primer paso será hacer un estudio de las calles donde se colocarían las cámaras. En el último ataque vandálico han resultado dañados comercios de la calle de la Paz, Poeta Querol y otras vías del centro. «Que nadie se rasgue las vestiduras, esta tecnología esta ya implantada hace años en muchas ciudades europeas y españolas grandes y no tan grandes», indicaron las mismas fuentes en referencia al posible rechazo de algún grupo de la oposición municipal.
Mientras se determina qué tipo de cámaras son las más idóneas y los lugares del centro histórico más apropiados para instalarlas, el ayuntamiento «iniciará los trámites legales para que su instalación pueda efectuarse con celeridad. Una vez concertado y evaluado su coste, se procederá a analizar como costear todo el sistema».
Los comerciantes tienen la intención de convencer a todas las formaciones para que el proyecto salga adelante con unanimidad y alejado de la «arena política». Por esa razón, añadieron que en la actualidad «los sistemas han avanzado mucho y basándonos en la experiencia de estas ciudades, será mucho más fácil introducirlo».
Al encuentro asistió el presidente de la asociación, Rafael Torres, acompañado por técnicos de la entidad. Por su parte, Domínguez acudió a la entrevista con mandos de la Policía Local, quienes aportaron su experiencia en la batalla contra la erradicación de este vandalismo.
Para una segunda fase se ha dejado el tema de la financiación, vital para poder aprobar la colocación de las cámaras. Los comerciantes quieren que el ayuntamiento participe, con el argumento de que servirá también para la seguridad de los viandantes.
En ciudades como Madrid y Málaga ya funcionan desde hace años, protegiendo en las calles principales a los comerciantes y como medida disuasoria para prevenir actos de vandalismo y robos. Las mismas fuentes apuntaron que consideran «un grave perjuicio el que reiteradamente se padecen en distintos ejes comerciales, tanto en escaparates como en actos de vandalismo en vía publica, que acaban costando también mucho dinero al consistorio». Como publicó LAS PROVINCIAS, la factura municipal por este motivo asciende a dos millones anuales, mientras que Ferrocarrils gasta un millón en repintar vagones y estaciones.
La colocación de cámaras surgió hace años, incluso se llegó a investigar la opción de subvenciones europeas, pero «nunca se llego a concretar nada. Ahora, los últimos acontecimientos han hecho saltar la alarma en la asociación».