Luis Milla es condenado como único culpable de la mala planificación de la selección olímpica. La Federación Española de Fútbol no renueva el contrato del entrenador. Habría continuado automáticamente si hubiera alcanzado las semifinales. Su eliminación en el segundo partido de los Juegos ha sido un fracaso supremo. Ni Milla ni los futbolistas calibraron antes de la competición la importancia de un fiasco en los Juegos. La repercusión es máxima. Casi es mejor no clasificarse. Una derrota en la fase previa no trasciende. La decepción de la campeona de Europa, con dos derrotas consecutivas y decisivas, suscita críticas supremas, especialmente cuando hay tres futbolistas del equipo que han ganado la Eurocopa.
El farolillo rojo recibido en el grupo D de los Juegos, con cero victorias, un empate, ningún gol marcado y dos tantos en contra, son un balance indefendible para Ángel María Villar. Hay una frase que le ha derrotado. «Si no marcas ni un gol es imposible ganar». Un perogrullo letal. El técnico turolense se considera infravalorado. Afirma que su destitución es «injusta». Opina que no se tenido en cuenta su trabajo al frente de la selección sub 21, que inició en 2008. La proclamó campeona de Europa el año pasado. Piensa que su trayectoria le avala.
Probablemente no es justo que el preparador sea el único acusado. La mayoría de los futbolistas no han rendido a su nivel. Solo Mata, Muniaín, Montoya y De Gea han demostrado su valía. La plantilla se puede escudar en la nefasta planificación, reconocida por Milla. Los jugadores no han llegado bien preparados físicamente. Les faltaban otros quince días de pretemporada para correr al nivel de Japón, que el martes perdió su semifinal ante México (3-1) y luchará por el bronce.
La cuestión es si el entrenador tenía autoridad para comenzar su trabajo dos semanas antes. Los profesionales tienen unos derechos de vacaciones que ampara la AFE. En el futuro habrá que analizar que para disputar unos Juegos prima el llegar en forma. Porque este enorme error al más alto nivel hunde carreras. La repercusión del desastre es grave. Milla no es el único culpable. Esperemos que ahora no sufra el olvido que soportó José Emilio Santamaría, quien pagó la decepción del Mundial 82. Del Bosque dice que son los futbolistas los que hacen grandes a los técnicos. Ellos no fallan goles.
Junto a Milla se marcha su preparador físico, Juan Carlos Martínez Castrejo. Julen Lopetegui, campeón de Europa con los sub 19 hace un mes, dirigirá al plantel sub 21 en los dos próximos partidos de septiembre. Después, la Federación decidirá si es el elegido para el próximo cuatrienio.