España ha sumado la segunda victoria consecutiva en los Juegos Olímpicos de Londres al derrotar por 82 a 70 a Australia, que puso en dificultades a al equipo de Scariolo en la primera mitad, pero que claudicó ante un rival que se enchufó tras el descanso y que arrasó a los oceánicos con un parcial de salida de 5-24 en el tercer cuarto.
El triunfo ante los 'aussi' tiene dos lecturas: una positiva y otra menos optimista que siembra dudas y que Scariolo debe solucionar cuanto antes. Hoy, 'La Roja' ha mostrado su mejor cara durante diez minutos plenos de acierto e intensidad defensiva. Pero, y esto es lo preocupante de cara al momento en que se enfrente a rivales de más fuste, va a tener muchos problemas si comienza los partidos como lo ha hecho en estos dos primeros choques del campeonato. Entra fría, desacertada en el tiro y despistada en defensa. Contra China la empanada duró cinco minutos, contra Australia, mejor equipo que los asiáticos, se alargó más allá de los doce. Mientras los españoles se desperezaban, su rival cumplía con el guión marcado por Brown desde el banquillo.
Australia no sorprendió y realizó el mismo juego que había mostrado en los dos amistosos disputados contra 'La Roja' antes de viajar a Londres, tan rocoso, serio y ordenado como lo hizo en Granada y Málaga. Al menos, durante la primera mitad.
Parece que el esquema de juego que van a plantear los rivales a los de Scariolo está claro: un cinco muy abierto, con postes tiradores amenazando desde la línea de tres que sacan de debajo de aro a los temidos pívots españoles. Y, en defensa, enérgicos con los exteriores y firmes en las primeras líneas de pase, muchas ayudas cuando el balón llegue a los Gasol e Ibaka en la zona, y flotaciones en el lado débil del campo para blindar el aro ante las penetraciones. La zona parece otro recurso recurrente, pero el tiro de larga distancia de los ÑBA se ha mostrado bastante fiable una vez que Rudy, Llull y compañía calientan la muñeca. Durante un tiempo, esta táctica puede funcionar, hasta que España se divierte. Solo hay que ver las caras de Marc, Reyes o Calderón para descubrir cuándo cambian de marcha y suben su nivel hasta donde casi nadie alcanza.
Los españoles iniciaron el partido fallones y despistados, y les costó coger el ritmo. Mientras pudo, Australia mantuvo el tipo, e incluso llegó a dominar con solvencia (14-19). Pero Pau Gasol comenzó a liberarse de la defensa 'aussi' y marcó las diferencias en el segundo cuarto (37-32).
El poste de los Lakers, que acabó con 20 puntos, y Rudy Fernández, con 17, lideraron la explosión definitiva tras el descanso, con diez minutos excelsos que descolocaron al serio equipo australiano que, desencajado, veía cómo le iban cayendo canastas en todas las versiones posibles. Así, la diferencia se disparó hasta los 24 puntos (37-61). En pleno disfrute de juego, Sergio Rodríguez e Ibaka, como ya hicieron ante China, pusieron el toque definitivo de espectáculo. Parece que en las pocas semanas que el congoleño pasó en el Real Madrid durante el invierno estableció una conexión con el 'Chacho' que dará como fruto algunas de las jugadas más recordadas del torneo.
Pese a la dignidad en el último periodo mostrada por Mills y sus compañeros, que intentaron recortar la distancia en el marcador (llegaron a colocarse a diez puntos a falta dos minutos para el final y lucharon hasta el último segundo), España jugó con comodidad y Scariolo repartió minutos entre sus hombres, dando descanso a sus jugadores más importantes -Pau vio casi todo el cuarto final desde el banquillo y con las zapatillas quitadas-.
El anfitrión, Gran Bretaña, será el próximo rival, antes de afrontar los dos partidos más comprometidos del grupo -Rusia y Brasil-, en los que España se jugará la primera plaza y el mejor cruce en las eliminatorias finales. Para entonces, el técnico italiano espera poder contar con la colaboración del necesario pero renqueante Juan Carlos Navarro, ausente hoy por la lesión que sufre en el tobillo.