LONDRES 2012
Los brasileños Hulk, Neymar y Bruno, durante el entrenamiento. / AFP
Les da igual contra quien juegan, ellos siempre entrenan hasta que el balón se desinfla. Para ellos no es trabajo, es una delicia. Han nacido jugando en las playas de Copacabana o en los arrabales de las favelas. Es su forma de disfrutar. Si encima son ricos y juegan con su selección, mejor. Pero hacen "futbol" por placer. Para ellos el balompié es un juego. Este sábado se miden a Honduras en cuartos de final y Neymar, Marcelo, Lucas Moura, Ganso, Pato, Danilo, Óscar y el increíble Hulk machacan a sus tres porteros en forma de trallazos. Su entrenador, Menezes, está sentado durante todas las horas que dura la sesión. Cuenta con siete ayudantes para dirigir el partido a dos toques. Se lo toman tan en serio. Tanto, que el equipo que gana posa para la prensa. Es una tradición que nació en el Mundial de Estados Unidos 1994. Y es una forma de picar a los futbolistas en el ensayo. Hay protestas, enfados y jaleo. Todo controlado. Es el partido de cada día. Hay que ganarse el puesto. Neymar y Marcelo jugaron en el mismo grupo y han triunfado. Alegría total.
Finaliza el duelo y comienza la hora de lanzamientos de golpes francos. Un espectáculo. Los largueros tiemblan. Neymar es el rey. Destroza los postes. Llegan los penaltis. Otra hora, mezclada con las faltas. Un portero debe parar los golpes francos y otro le sustituye para detener penaltis. Cada treinta segundos hay un disparo. Es un "show" de clase alta. Todo el trabajo es con "a bola".
El estadio St. James Park espera que los espectadores puedan presenciar este sábado una exhibición similar ante los hondureños. Menezes tiene una duda: Pato o Damiao en el ataque. En el triplete de medias punta estarán Óscar, Hulk y Neymar. El rival alineará a su triunvirato letal: Espinoza en el centro del campo, Mario Martínez en la media punta y Bengston arriba. Luis Milla nunca les olvidará.
